Uniéndose a Siva

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Svatmanah Purnatadvayam

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Las Dos Perfecciones de Nuestra Alma

El primordial, el grandioso invisible, El mismo se dividió en muchos. Como forma, sin forma y forma sin forma, como guru y como Señor Sakti en numerosas formas, Él se volvió inherente en jivas y también trascendente.

Tirumantiram 2481

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Esta jñani está levantando las manos en la conciencia de adoración de Siva dentro y más allá de él. Su contemplación es la Parasiva sin forma, representado por los Sivalin.gas oscuros en la izquierda, y Siva en la forma como Mahesvara y Satchidananda, representados por las lingas más ligeros de la derecha.

 

Lunes
LECCIÓN 323
Siva's Three Perfections

Vamos a tratar ahora las tres perfecciones de nuestro Supremo Dios Siva: Parasiva, Satchidananda y Mahesvara. ¿No es maravilloso saber que dos de las tres perfecciones de Dios son inherentes al alma humana? ¿Cuáles son esas tres perfecciones? El gran Dios Siva tiene forma y es sin forma. El es la Conciencia Pura inherente o forma pura; El es el Señor Personal manifestándose a Si mismo como innumerables formas; y El es el Absoluto impersonal, trascendente más allá de toda forma. Conocemos a Siva en Sus tres perfecciones, dos de forma y una sin forma. En primer lugar, rendimos culto a Su forma manifiesta como Amor Puro y Conciencia Pura, que se denomina Satchidananda en Sánscrito. En Segundo lugar, le rendimos culto a El como nuestro Señor Personal, Mahesvara, el Alma Primordial que ama y cuida tiernamente a sus devotos – un Ser cuyo cuerpo resplandeciente puede ser visto en visión mística. En nuestra vida diaria, nosotros amamos, honramos, rendimos culto y servimos a Dios en estas perfecciones manifiestas. En último lugar, en perfectamente simple y al mismo tiempo asombrosamente austero nirvikalpa samadhi, lo realizamos como el Parasiva sin forma, que es buscado y conocido solo por yoguis y jnanis. No podemos hablar de Su Realidad Absoluta que está más allá de cualidades y de descripción, y que al mismo tiempo es cognoscible para el alma madura que busca a Dios en el interior a través de yoga y bajo la guía de un satguru.

Con el objeto de comprender los misterios del alma, distinguimos entre el cuerpo del alma y su esencia. Como cuerpo del alma, somos individuales y únicos, diferentes de los demás. Nuestra alma es un cuerpo de luz auto-refulgente que evoluciona y que madura a través de un proceso evolutivo. Este cuerpo del alma es de la naturaleza de Dios Siva, pero es diferente de El en cuanto es menos resplandeciente que el Alma Primordial y se halla aún evolucionando, mientras que El es Perfección que no evoluciona. Podemos equiparar el cuerpo del alma con una bellota, que contiene al poderoso roble, pero que es una pequeña semilla que aún debe desarrollarse. Aún cuando la Realización de Dios ha sido obtenida, el cuerpo del alma continúa evolucionando en este y en otros mundos hasta que se une con el Alma Primordial, así como la gota de agua se une con su fuente, el océano. Este es el destino de todas las almas sin excepción.

En el meollo del sutil cuerpo del alma, se halla Satchidananda, o Amor inherente, y en el meollo de éste se halla Parasiva, o Realidad trascendente. En esta profundidad de nuestro ser, no existen identidades separadas o diferencia – todos son uno. Entonces, profundamente dentro de nuestra alma nos identificamos con Dios en este mismo momento, ya que dentro nuestro está el Parasiva no manifiesto y el manifiesto Satchidananda. Estos no son aspectos del alma que evoluciona, sino el núcleo del alma que no cambia ni evoluciona. Ellos son eternamente perfectos y uno mismo con Dios Siva. Desde una perspectiva absoluta, nuestra alma se halla ya mismo en unión no-dual con Dios en sus dos Perfecciones de Satchidananda y Parasiva, pero deben ser realizadas para ser conocidas. Satchidananda es la mente superconsciente del alma – la mente de Dios Siva. Parasiva es el núcleo más interno del alma. Nosotros somos Eso. No nos volvemos Eso. No existe relación entre Satchidananda, que es forma pura y conciencia, y Parasiva, que es sin forma. Paramaguru Siva Yogaswami nos enseñó, "Tú eres Siva. Yo soy Siva. Todos son Siva. Así como Siva es inmortal, también lo somos nosotros."

Martes
LECCIÓN 324
Forma y Falta de Forma

Debemos advertir a todos y a cada uno de no ver a la mente externa como Dios, lo cual sería auto-engañarse. La personalidad o la individualidad del ser humano no es Dios – ni lo es el ego, ni el intelecto ni las emociones. A pesar de que aquellos que no están iluminados a veces cometen ese error, confío en que ustedes ya han descubierto la diferencia. Parasiva, el Ser Dios, reside en el núcleo de la existencia de la persona, más allá del alcance de las fases externas de la conciencia; y sin embargo estas existen gracias a que Aquel existe, el Dios Siva intemporal, sin causa y sin espacio más allá de la mente.

La otra perfección inherente al alma humana es Satchidananda – Ser, Conciencia y Dicha. Cuando la fuerza de la mente, la fuerza del pensamiento y los vrittis, u ondas de la mente, se aplacan, la mente externa se aplaca y la mente del alma se manifiesta. Nosotros compartimos la mente de Siva en esta profundidad Superconsciente de nuestro ser. Al entrar en esta quietud, uno encuentra primero una luz blanca clara dentro del cuerpo, pero solo una vez que se ha obtenido suficiente dominio de la mente a través de práctica prolongada y disciplinada de yoga.

El escuchar la vina, el mridangam, el tambura y todos los sonidos psíquicos es el despertar del cuerpo interno, que, en caso de que el sadhana se continúe, finalmente crecerá y se estabilizará, abriendo la mente al estado constante de Satchidananda, donde la santa mente interna de Dios Siva y nuestra alma son una. Yo sostengo con seguridad, que Satchidananda – la luz y la conciencia que impregnan la forma, Dios en todas las cosas y en todo lugar – es forma, aunque forma refinada. Satchidananda es forma pura, conciencia pura, dicha pura, o la perfección del alma en forma. Parasiva es sin forma, intemporal, sin causa y sin espacio, como la perfección de nuestra alma más allá de la forma.

A pesar de que Satchidananda es conciencia suprema, no es la realización final, que está más allá de la conciencia y de la mente. Esto difiere de las interpretaciones más populares del Vedanta de hoy, que hacen virtualmente sinónimos a estas dos perfecciones. Los estudiosos del Vedanta moderno describen ocasionalmente a Satchidananda casi como un estado del intelecto, como si el intelecto perfeccionado, a través de conocimiento, pudiera obtener tales profundidades, como si estas profundidades fueran una premisa filosófica o una colección de creencias y visiones. Esto es lo que yo llamo el "Vedanta simplista."

Para comprender la diferencia entre estas dos perfecciones visualiza una vasta cobertura de luz que penetra las paredes de este monasterio y también la campiña que nos rodea, filtrándose a través de todas las partículas de material. La luz puede bien ser llamada sin forma, penetrando todas las formas concebibles, nunca estática, siempre cambiante. En realidad no es sin forma sino amorfa. Avanzando un paso más en esto, supón que existiera "algo" tan grandioso, tan intenso en vibración que pudiera tragarse tanto a la luz como a como a las formas que penetra. Esto no puede ser descripto, pero puede ser llamado Parasiva – la más grandiosa de todas las perfecciones de Dios Siva a ser realizada. Esto también puede ser experimentado por el yogui en nirvikalpa samadhi. Por lo tanto, comprendemos Parasiva como la perfección que se conoce en nirvikalpa samadhi, y Satchidananda como la perfección que se experimenta en savikalpa samadhi. Con la palabra "sin forma" yo no quiero describir aquello que puede tomar cualquier forma o aquello que no tiene forma o tamaño definido. Yo quiero significar completamente sin forma, más allá de la forma, más allá de la mente que concibe forma y espacio, ya que mente y conciencia son también forma.

Miércoles
LECCIÓN 325
Siendo y Volviéndose

Del microcosmos siempre surge el macrocosmos. De Parasiva – que es sin tiempo, sin causa y sin forma – siempre surge toda forma. Este es el gran misterio sin por qué. De la pura conciencia surge la luz que une a toda forma en vínculo específico, individualizando las formas, almas, una de otra. Esto siempre está sucediendo, al mismo tiempo que simultáneamente, las almas que se esfuerzan, se liberan de sus ataduras por la gracia de Dios Siva para llegar a Satchidananda, y luego ser absorbidos en Parasiva. Este también es un gran misterio sin por qué.

La existencia llamada Parasiva impregna el infinito Satchidananda, manteniéndolo de la misma manera que la Luz Divina de Dios Siva impregna y mantiene las formas ordinarias de este mundo. Parasiva no crea Satchidananda, y sin embargo Satchidananda es mantenido debido a la existencia de no-existencia. Ahora, tú puedes preguntar "Por qué?" La respuesta es que es la voluntad de nuestro gran Dios Siva.

Por lo tanto, primero buscamos obtener una claridad intelectual del camino en que nos hallamos. Este intelecto purificado da una claridad filosófica y no debe ser confundido de ninguna manera con el logro. En la era tecnológica, existen miles de personas que tienen claro intelectualmente cuál es la tarea por hacer, cómo obtener los objetivos, y ellos tienen las habilidades necesarias para comenzar. No se engañan a sí mismos de que ya han comenzado o de que han obtenido algo, sino hasta que han fallado muchas veces, hasta que los fracasos han sido dominados y que el éxito ha sido alcanzado y ocupado el lugar del fracaso. Por lo tanto marcamos una distinción entre el yogui experimentado cuyo conocimiento tiene su fuente en la superconciencia y el Vedantista de sillón que a menudo piensa que su comprensión intelectual es alguna clase de logro avanzado. No lo es. Las gentes del Occidente han llegado muy lejos en tecnología, muy lejos en comprender y usar la mente, muy lejos en el estudio de Vedanta, como para ser impresionados por esto.

Las dos perfecciones explican muy bien las profundas preguntas que el ser humano se hace a sí mismo, preguntas que producen muy pocas respuestas. A través de la meditación sobre las dos perfecciones inherentes del alma, podemos penetrar el misterio de la unidad del ser humano y Dios. El ser humano y Dios son uno, sin embargo Dios Siva tiene aún una tercera perfección, Mahesvara, el Alma Primordial, perfecta y completa, mientras que el cuerpo del alma del ser humano se halla aún madurando, se halla aún evolucionando. Algún día, el cuerpo del alma del ser humano se unirá con Dios Siva en esta tercera perfección. Por lo tanto vemos que el ser humano se halla al mismo tiempo "siendo" y "volviéndose." Es en este mismo momento es perfecto, ya que la esencia de su alma, Parasiva y Satchidananda, existe eternamente dentro de él como sí mismo, no habiendo nunca sido creada. Al mismo tiempo el ser humano se halla evolucionando, convirtiéndose, ya que su cuerpo del alma individual se halla aún evolucionando a través del tiempo, para eventualmente madurar en la imagen y semejanza del Alma Primordial y Creador, Mahesvara.

Puedo llegar a sorprenderte al decir que el alma del ser humano ha sido creada y no creada. Es verdad, el cuerpo de luz del alma fue creado por El mismo Dios Siva. Dentro de este cuerpo de luz y conciencia, existen sin principio o fin, las dos perfecciones de Parasiva y Satchidananda. Encontramos las paradojas de unidad y de dualidad, de ser y de volverse y de existencias creadas y no creadas delineadas sutilmente a través de una comprensión de las tres perfecciones de nuestro gran Dios Siva.

Jueves
LECCIÓN 326
El Punto de Concepción

El punto de concepción es el ápice de la creación. ¿A qué punto concebimos y cómo creamos? Expandamos nuestra conciencia, expandámosla realmente, y comencemos a darnos cuenta que la creación es simplemente reconocer lo que ya existe – que no hay nada Nuevo; todo está dentro tuyo y está retratado en tu exterior a medida que te vuelves consciente de que está creado, concluido, dentro tuyo.

¿Qué es lo que hace al punto de concepción el ápice de la creación? Es la historia de ti mismo. Expande tu conciencia para tomar al sol, a la luna, a los planetas, a la Tierra, a todos. Y cuando tu limitada conciencia se focaliza en una cosa, di, "Existe un sol y en unas pocas horas veré la luna." Y en unas pocas horas tú ves la luna. Tú eres el creador, pero solo creas en los dominios bajos de la mente. Todo está dentro tuyo: el sol, la luna, los planetas, la gente funcionando a través de todos sus diferentes estados de conciencia, todas las variadas manifestaciones de forma. Todos ellos están dentro tuyo.

A medida que tomas conciencia de uno por vez, lo estás realmente creando en los dominios bajos de tu mente. Lo estás traduciendo en los dominios bajos de tu mente. El reconocimiento de lo que es, es la forma en la que lo creaste tú mismo. Esto es profundo. Se halla en los dominios de la contemplación. Y únicamente en los dominios de la contemplación comenzarás a concebirlo.

Aquellos de ustedes que han tenido el suficiente poder para concentrar una parte suficiente de la mente de modo de hacer contemplación, deberán volverse semejantes a Dios en la vida diaria. Trabajarás mucho pero mucho para hacer que cada cosa que hagas en la mente consciente la hagas perfecta, para concluir cada tarea y para tener consideración de los demás en todo momento. Esto te llevará a los siguientes estadios de la contemplación.

Cuando nos volvemos descuidados en nuestros dominios bajos de la mente luego de haber alcanzado la contemplación, estamos usando el gran poder de Dios en una forma negativa, y estamos creando grandes barreras dentro de nosotros mismos, que nos mantienen en los dominios bajos de la mente. Pero cuando nos esforzamos en forma diligente en perfeccionar la devoción, que es bhakti, en perfeccionar nuestro servicio, que es yoga karma, en todo momento – veinticuatro horas al día de vigilia – entonces liberamos barreras, barreras que vamos a encontrar quizás el próximo año o el siguiente. Quemamos y limpiamos hasta karma que vendrá en nuestra próxima vida. Y te mueves de un estado de contemplación al otro y te vuelves estable en el siguiente estadio de contemplación hasta que comienzas a vivir en el mismo límite del Absoluto. Y es en el límite del Absoluto que tu puedes comenzar a darte cuenta de que el punto de concepción es el ápice mismo de la creación. Tú realizas toda forma y luego tú realizas lo sin forma.

Viernes
LECCIÓN 327
Conciencia Expandida

La lucha con la mente es una lucha sencilla si te hallas constantemente vigilante, todo el tiempo, siempre haciendo lo que sabes que debes hacer, no permitiéndole a la mente volverse instintiva no perdonándole a la mente cuando se vuelve instintiva, no permitiéndole a la mente justificar, racionalizar, excusar, volverse combativa, sino haciendo que la mente siempre se mantenga suspendida, como un picaflor sobre la flor, de modo que tú comiences a vivir en el eterno ahora, constantemente, permanentemente. Y entonces lo interno se vuelve natural en ti, no algo sobre lo cual has escuchado, o estudiado, o hablado o cantado, ya que tu te abres, despiertas internamente.

La contemplación es el poder del ser humano sobre su mente a medida que comienza a ir hacia el interior de sí mismo. La concentración es el poder del ser humano sobre su mente a medida que va por la vida resolviendo los problemas de la vida. Y la meditación es la sabiduría del ser humano.

Expandamos nuestra conciencia una vez más, y veamos si podemos volvernos concientes del universo entero todo en un instante. ¿Dónde se halla ese universo? Se hace muy real para ti en ese instante, pero ¿dónde está? Puedes mirar hacia arriba y decir "Está allí arriba", pero ¿dónde es "allí arriba?" ¿Dónde concibes el "arriba?" Tu puedes ver que el sol está arriba en el cielo. Lo mismo la luna. Pero ¿dónde se halla el punto focal de tu concepción? ¿Cómo creas la luna? Tú puedes decir que el sonido de una cascada está a veinticinco pies de ti. ¿Dónde se crea ese sonido? ¿Dónde lo concibes? Solamente en los dominios bajos de la mente el sol se halla a tantos millones de millas de distancia, o la cascada a tantos pies de distancia de donde te hallas sentado. Expande tu conciencia y comenzarás a conocer la verdad. Haz todas las insignificantes pequeñas cosas que puedes hacer para dar lugar a los estados negativos de la mente, y tú te atarás a la mentira y vivirás en la mentira, así como un animal viviría en una jaula. "Conoce la verdad y la verdad te hará libre."

Por lo tanto, la libertad no llega a través de lo que recuerdas, de cuan bien puedas racionalizar, de cuan bien seas capaz de hablar para envolverte o salir de situaciones, de cuan bien te puedas excusar acontecimientos negativos. El estado de conciencia de conocimiento en el cual puedes conocer la verdad llega solo cuando puedes controlar tu estado bajo de conciencia y vivir una vida divina cada día, y entonces tu conciencia se expande automáticamente. Tu vida diaria se vuelve una vida de inspiración, y en tu conciencia expandida comienzas a conocer la verdad, y ese conocimiento de la verdad te libera del estado bajo de la mente del cual luego te das cuenta que es la mentira, la eterna mentira. El punto de concepción es el ápice de la creación.

Sábado
LECCIÓN 328
Aferrándose a la Luz Interior

Hace muchos años, durante la primavera en nuestro Monasterio del Desierto de Montaña, un hombre joven me escribió diciendo que él quería renunciar al mundo y volverse un monje Hindú. Aquí tengo la carta que escribí en respuesta y una charla inspirada que le envié para que reflexionara, que se titula "En el borde de lo Absoluto."

"Namaste! Tu encantadora carta llegó hoy al mismo tiempo que yo regresaba al monasterio del peregrinaje de odisea de la India al ashram que tengo en Alaveddy, Sri Lanka, y a otros ocho países. Esta buena coordinación indica que te hallas en un haz interno, sin duda debido a los esfuerzos que ya has llevado a cabo en tu búsqueda espiritual. De tu carta, es claro que has agotado todos los otros caminos sin salida en el sendero. Tu decisión de ser un monástico renunciante es buena. Es una decisión importante y sé que la has pensado mucho. Estamos en momentos de cambio. Se necesitan almas dedicadas como tú en nuestra orden monástica para ayudar en el sendero para estabilizar y enseñar a aquellos que se hallan en la búsqueda. Le ha llegado el momento a la mente occidental de redescubrir las vastas enseñanzas del Hinduismo Saiva Siddhanta.

Voy a darte el primero de muchos desafíos que vamos a compartir en esta vida. Este es meditar profundamente todos los días por un mes entero acerca de una charla que una vez di a un pequeño grupo de mathavasis, monjes, en el Templo de San Francisco. En efecto, tuvo lugar en Agosto 28 de 1960. Al igual que tú, comenzaban a experimentar las áreas de dicha y de paz de sus seres interiores, y hablamos sobre la visión iluminadora que uno posee cuando se halla en el borde de lo Absoluto. Sentirás que esta tarea es un verdadero reto. Recuerda que las recompensas son mucho mayores que el esfuerzo que se requiere.

Es mi deber, como tu maestro espiritual asegurarte que habrá sufrimiento. La vida del sannyasin no es fácil. Demandará de ti más de lo que hayas imaginado. Te será requerido que sirvas cuando estás cansado, que des inspiración cuando te sientes un poco irritado, que des cuando sientes que no queda nada para ofrecer. Abandonar este gran ministerio no será bueno ni para ti ni para aquellos que aprenderán a depender de ti. Una orden monástica Hindú no es un lugar para escaparse del mundo. Nos deberás enseñar a nosotros y a ti mismo a depender de ti, de modo que dentro de veinte o treinta años, otros encontrarán fortaleza en ti a medida que tu cumples tú destino kármico como líder espiritual en esta vida.

Por lo tanto, lee con atención estas palabras. Pesa tu vida y considera dónde deseas poner tus energías. La meta por supuesto es la Realización del Ser. Ello llegará naturalmente. Se necesita primero un cimiento, un cimiento nutrido a través de estudio pausado y ardiente, a través de llevar a cabo sadhana y de las exigencias que impone el guru sobre el aspirante. Esta es una hermosa encrucijada en tu vida. No te apresures. Lleva a cabo esta tarea y si deseas un entrenamiento más disciplinado e intenso, lleva acabo sadhana. Concluye tus asuntos mundanos. Luego podemos sentarnos juntos."

EN EL BORDE DEL ABSOLUTO: Muy poca gente se halla familiarizada con los estados de conciencia elevados, ya que nunca los han experimentado. Es muy agradable aprender sobre ellos, y sin embargo, están fuera de nuestro alcance mientras no tengamos una experiencia directa de un estado elevado de conciencia expandida. La mente, en su densidad, nos mantiene sin conocer a nuestro Ser. Y luego obtenemos un poco de conocimiento de la existencia del Ser como resultado de que la mente se libera a sí misma de deseos y antojos, de odios y de temores y de las distintas y variadas cosas de la mente. Yo digo "cosas" porque si pudieras ver el odio, verías que es una cosa que vive con uno como un compañero. Si pudieras ver el temor, verías que es una cosa, y a medida que llega la comprensión, esa cosa llamada temor se aleja para no retornar jamás.

A medida que desarrollas la espiritualidad, es difícil de explicar lo que te das cuenta que sabes. Al principio sientes luz brillar interiormente, y piensas que esa luz la has creado con tu mente, pero a medida que aquietas tu mente, verás esa luz una y otra vez, y se hace más y más brillante, y luego te comienzas a preguntar qué es lo que hay en el centro de esa luz. "Si esa es la luz de mi verdadero Ser, ¿por qué no aquieta la mente?"

Luego, a medida que vives la denominada "buena vida", una vida que trata bien a tu conciencia, la luz se hace más y más brillante, y al contemplarla, tu penetras hacia el centro de esa luz, y comienzas a ver las diversas formas hermosas, formas más hermosas que las que puede ofrecer el mundo físico, colores hermosos, en ese dominio de cuatro dimensiones, más hermosos que los que el mundo material ofrece. Y entonces te dices a ti mismo, "¿Por qué formas? ¿Por qué color, cuando las escrituras me dicen que soy intemporal, sin causa y sin forma?." Y entonces buscas el color sin color y la forma sin forma. Pero la mente en sus diversos y variados aconteceres, como una película que se proyecta permanentemente, te trae hacia abajo y te mantiene oculto con sus ramificaciones.

Domingo
LECCIÓN 329
A Las Profundidades de Nuestro Ser

En tu constante lucha por conquistar esa mente, tu alma se pone en acción como una manifestación de la voluntad, y tu aquietas más y más de esa mente y entras en un estado más profundo de contemplación donde ves una luz centellante más brillante que el sol y cuando revienta dentro tuyo comienzas a saber que tú eres la causa de esa luz que aparentemente ves. Y en ese conocimiento te aferras a ella como el naufrago se aferra al trozo de madera flotando en el océano. Te aferras a ella y la voluntad se hace más fuerte, la mente se vuelve calma a través de la comprensión de la experiencia y de cómo la experiencia ha sido creada. A medida que la mente deja de sujetarte con sus deseos y antojos, tú te zambulles más profundamente, sin temor hacia el centro de esta resplandeciente avalancha de luz, perdiendo tu conciencia en Eso que está más allá de la conciencia.

Y cuando vuelves a la mente, no solo ves la mente por lo que es; sino que ves la mente por lo que no es. Tú eres libre, y encuentras a los hombres y a las mujeres vinculados, y no te apegas a aquello que encuentras porque el vinculador y el vínculo son uno. Tú te vuelves el sendero. Tú te vuelves el camino. Tú eres la luz. Y cuando observas a las almas desarrollarse, algunas eligen el camino del Espíritu; algunas eligen el camino de la mente. A medida que observas y te preguntas, el preguntarte es en sí mismo una contemplación del universo, y en el borde del Absoluto miras hacia la mente y un pequeño átomo se magnifica tan grande como el universo entero, y ves, de una sola mirada, la evolución desde el principio hasta el fin, de adentro y de afuera, en ese pequeño átomo.

De nuevo, al dejar la forma externa y zambullirte en esa luz que te vuelves, te das cuenta más allá de la realización, de un conocimiento más profundo que el pensamiento, de un conocimiento que es la misma profundidad de tu ser. Te das cuenta de la inmortalidad, de que eres inmortal – siendo tu cuerpo simplemente una caparazón, cuando se desvanece. Aún en el desvanecimiento no existe realidad.

Y cuando sales de ese samadhi, te das cuenta que eres el espíritu, te vuelves ese espíritu, tú en realidad eres ese espíritu, conscientemente si se pudiera decir que el espíritu tiene conciencia. Tú eres ese espíritu en toda alma viviente. Te das cuenta de que tú eres Aquello, que todos, en su estado de inteligencia o en su estado de ignorancia, todos, están tratando de alcanzar – una realización de ese espíritu que tú eres.

Y luego, nuevamente por pequeños intervalos puedes volver al estado de la mente consciente y relacionar la vida con un pasado y un futuro y rezagarte allí simplemente por un momento. Pero en un momento de concentración, con tu vista descansando en un simple renglón de escritura o en algo que mantenga el interés de tu mente, la ilusión de pasado y presente se desvanece, y de nuevo te vuelves esa luz, esa vida profundamente dentro de toda forma viviente – sin tiempo, sin causa, sin espacio.

Entonces decimos, "¿Por qué, por qué luego de haber realizado el Ser, mantenemos una forma, mantenemos una conciencia de mente? ¿Por qué?" La respuesta es simple y completa: Tú no la mantienes. De ti mismo no la mantienes. Pero toda promesa debe ser cumplida, y las promesas a devotos allegados y el deseo que ellos mantienen por la realización de su verdadero ser, mantienen esta forma, esta mente, en un estado bajo de conciencia. Si los devotos y los discípulos dejaran de desear la realización aunque sea por un minuto, su satguru dejaría de existir. Una vez que has realizado el Ser, eres libre de tiempo, de causa y de cambio.