Uniéndose a Siva

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Chiti Chakrani

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Las Ruedas Rotantes de la Conciencia

Penetrando los chakras de muchos pétalos – cuatro, seis, diez y dieciséis – contempla entonces el centro ajna de dos pétalos. Tú has llegado ciertamente a los sagrados pies de Aquél sin tiempo y sin causa.

Tirumantiram 1704

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Siete chakras instintivos están representados aquí en las piernas y los pies, los siete chakras centrales, y siete chakras sutiles sobre la cabeza. Las lokas son más o menos como se muestra bandas sombreadas diferente: de abajo hacia arriba son Naraka, Preta, Deva, Jana, Tapo y Satya.

 

Lunes
LECCIÓN 281
Catorce Regiones de Conciencia

Las escrituras Hindúes hablan de tres mundos, de catorce mundos y de innumerables mundos. Estas son diversas formas de describir la creación infinita de Siva. De los catorces mundos, siete de ellos se cuentan como levantándose sobre la tierra y siete descendiendo por debajo de ella. De manera correspondiente, existen catorce grandes centros nerviosos en el cuerpo físico, en el cuerpo astral y en el cuerpo del alma. Estos centros son denominados chakras en Sánscrito, que significa "ruedas". Estos vórtices rotantes de energía son en realidad regiones del poder de la mente, cada una gobernando ciertos aspectos de la persona interna, y juntos son los componentes sutiles de la gente. Cuando se los percibe interiormente, son vívidamente coloreados y pueden ser escuchados. En efecto, son bastante ruidosos, ya que color, energía y sonido son la misma cosa en los dominios interiores.

Cuando la toma de conciencia fluye a través de una o más de estas regiones, las diversas funciones de la conciencia entran en operación, tales como las funciones de la memoria, de la razón y de la fuerza de voluntad. Existen seis chakras por arriba del chakra muladhara, que se halla localizado en la base de la médula espinal. Cuando la toma de conciencia está fluyendo por estos chakras, la conciencia se halla en la naturaleza elevada. Existen siete chakras por debajo del chakra muladhara, y cuando la toma de conciencia fluye a través de ellos, la conciencia se halla en la naturaleza baja. En este Kali Yuga la mayoría de la gente vive en la conciencia de los siete centros de fuerza por debajo del chakra muladhara. Sus creencias y actitudes reflejan fuertemente la naturaleza animal, la mente instintiva. Nosotros queremos elevar nuestra conciencia y la de los otros hacia chakras por arriba del muladhara. Esto saca a la mente de la naturaleza baja y la lleva hacia la naturaleza elevada. Hacemos esto a través de sadhana personal, de oraciones, de meditación, de pensamiento, palabra y acción correctas y de amor por el Señor Siva que es Todo en todo.

El chakra muladhara, el asiento divino del Señor Ganesa, es la línea divisoria entre la naturaleza baja y la naturaleza elevada. Es el comienzo de la religión para todo el mundo, a la que se entra cuando la conciencia llega desde los dominios por debajo de los sagrados pies del Señor Ganesa.

El cuerpo físico tiene conexión con cada uno de los siete chakras superiores a través de plexos de nervios a lo largo de la médula espinal y del cráneo. A medida que la fuerza kundalini de la toma de conciencia viaja a lo largo de la médula espinal, entra en cada uno de estos chakras, dándoles energía y en turno despertando sus funciones. En una vida determinada, una persona puede hallarse predominantemente consciente en dos o tres centros, determinando el esquema de la forma en que piensa y vive. La persona desarrolla una comprensión de estas siete regiones en una sucesión natural, en la que el perfeccionar una lleva lógicamente a la siguiente. De esta manera, aunque puede que la persona no vea físicamente fuerzas rotantes dentro de ella misma, madurará a través de memoria, razón, fuerza de voluntad, conocimiento, amor universal, visión divina e iluminación espiritual.

Puede ser de ayuda, a medida que examinamos cada uno de estos centros en forma individual, visualizar a la persona como un edificio de siete pisos, donde cada piso es uno de los chakras. La toma de conciencia viaja hacia arriba y hacia abajo en el elevador y va hacia arriba y hacia arriba, alcanza una vista progresivamente más extensa, más comprensiva, y más hermosa. Al llegar al piso más alto, ve el panorama hacia abajo con comprensión total, no solo del paisaje por debajo, sino de la relación con otros edificios y de la relación de cada piso con el siguiente.

En el Sanatana Dharma, se utiliza otra analogía para personificar a los chakras – la de la flor de loto. Esta flor crece en lagos y estanques, echando raíces en el barro limoso por debajo de la superficie, donde la luz no llega. Su tallo crece hacia arriba, hacia la luz hasta que atraviesa la superficie del agua y llega al aire y a la luz del sol. La energía del sol entonces alimenta el capullo y las hojas hasta que la delicada flor de loto se abre. El primer chakra es denominado el chakra raíz, muladhara. La toma de conciencia echa raíces en los instintos básicos de la experiencia humana y luego viaja a través de las aguas del intelecto, haciéndose más y más refinada a medida que evoluciona, hasta que finalmente estalla en la luz de la mente superconsciente, donde florece espiritualmente en el chakra de la flor de loto de 1008 pétalos en el tope de la cabeza. Examinando las funciones de estos siete grandiosos centros de fuerza, podemos reconocer claramente nuestra propia posición en el camino espiritual y comprender mejor a nuestro prójimo.

Martes
LECCIÓN 282
Muladhara, el Reino de la Memoria

Los chakras no se despiertan. Están despiertos en todas las personas. Simplemente parecen como si se despertaran a medida que tomamos conciencia de fluir nuestra energía a través de ellos, porque energía, fuerza de voluntad y toma de conciencia son una misma cosa. Para volvernos conscientes del meollo mismo de la energía, todo lo que debemos hacer es separar nuestra toma de conciencia de los dominios de la razón, de la memoria y de la fuerza de voluntad agresiva intelectual; volviéndonos entonces hacia adentro, nos movemos de un chakra a otro. El cuerpo físico va cambiando a medida que estas energías más refinadas fluyen a través de él, y el sistema nervioso interno, denominado nadis, se vuelve internamente más y más fuerte. El chakra muladhara es el centro de la memoria, localizado en la base de la médula espinal y está físicamente asociado con el plexo nervioso sacro o pélvico. Mula significa "raíz" y adhara significa "apoyo", de modo que éste es denominado el chakra raíz. Es de color rojo. Gobierna los dominios del tiempo y de la memoria, creando una conciencia de tiempo a través del poder de la memoria. Siempre que volvemos a nuestros esquemas de memoria, estamos usando las fuerzas del muladhara.

Este chakra está asociado también con las cualidades humanas de individualismo, egoísmo, materialismo y dominio. El ser humano vive mayormente en este chakra durante los primeros siete años de vida. Este centro tiene cuatro pétalos o aspectos, uno de los cuales gobierna la memoria de las vidas pasadas. Los otros tres contienen los esquemas de memoria compilados y los karmas interrelacionados de esta vida. Cuando este chakra se desarrolla, las personas son capaces de viajar en el plano astral. Es completo en sí mismo, pero cuando los primeros dos chakras están cargados con impulsos instintivos brutos, y han sido desarrollados a través de la educación occidental con sus valores y debilidades que contradicen el dharma Hindú, pueden crear juntos una fuerza ódica muy fuerte que, cuando impulsada por la fuerza de voluntad mundana del tercer chakra hacia éxito externo y poder, pueden dominar la mente y hacer casi imposible para la conciencia funcionar en los centros de fuerzas superiores, así de poderoso es el magnetismo material. Las personas que viven totalmente en estos tres chakras inferiores, dicen entonces que Dios está por encima de ellos, sin saber que "encima" es su propia cabeza y que ellos están viviendo "por debajo", cerca de la base de la médula espinal.

Habrás visto muchas personas viviendo totalmente en el pasado – esto es su única realidad. Están siempre recordando: "Cuando era un niño, solía ... ¿Por qué?, recuerdo que cuando ... No era así hace algunos años..." Y continúan así una y otra vez, viviendo la historia personal que recuerdan y en general sin darse cuenta de que hay un presente que debe ser disfrutado y un futuro para ser creado. Así continúan, dándole a la energía de fuerza de vida la tarea de perpetuar el pasado. Las fuerzas del muladhara no son fuerzas negativas. Usadas y gobernadas por los centros más elevados, los poderes del tiempo, la memoria y el sexo se transmutan en el verdadero combustible que propulsa la toma de conciencia a lo largo del ascenso por la médula espinal hacia la cabeza. De la misma manera, el pimpollo maduro de flor de loto no puede criticar sabiamente a las raíces barrosas del fondo que, después de todo, le mantienen la vida.

El centro de las facultades de raciocinio de la persona se asienta en el segundo plexo, el hipogástrico, por debajo del ombligo. Se denomina svadhishthana, que en Sánscrito significa "el lugar propio de uno." Es de color naranja rojizo. Una vez que la habilidad de recordar ha sido establecida, la consecuencia natural es la razón, y de la razón evoluciona el intelecto. La razón y el intelecto trabajan a través de este chakra. Nosotros nos abrimos naturalmente hacia este chakra entre las edades de siete y trece años, cuando queremos saber por qué el cielo es azul y los "por qués" de todas las cosas. Si existe poca memoria, poco intelecto se halla presente. En otras palabras, la razón es la manipulación de información memorizada. Nosotros la catalogamos, la editamos, la re-ordenamos y almacenamos los resultados. Esa es la esencia de la limitada capacidad de la razón. Por lo tanto, este centro controla al muladhara, y en efecto, cada centro progresivamente más elevado, controla a los centros que lo preceden. Esa es la ley. Al pensar, resolver problemas, analizar a las personas o a las situaciones, estamos funcionando en el svadhishthana.

Este centro tiene seis pétalos o aspectos, y puede por lo tanto expresarse en seis formas distintas: diplomacia, sensibilidad, inteligencia, duda, ansiedad y procrastinación. Estos aspectos o personalidades pueden parecer muy reales para aquellas personas viviendo predominantemente en este chakra. Ellos investigarán, explorarán y se preguntarán, "¿Por qué, por qué, por qué?" Propondrán teorías y luego formularán explicaciones razonables. Ellos forman una mente intelectual rígida basada en conocimiento dogmático y en memoria acumulada, reforzados por patrones de hábito de la mente instintiva.

Miércoles
LECCIÓN 283
Los Centros de la Razón y de la Voluntad

Es en el chakra svadhishthana, donde la mayoría de la gente vive, piensa, se preocupa y viaja en el plano astral. Si ellos se hallan funcionando solamente en la capacidad de razonamiento de la mente, dedicando sus energías de vida a ser perpetuados en las bibliotecas del mundo, entonces tomarán muy seriamente al intelecto, ya que verán naturalmente al mundo material como extremadamente real, extremadamente permanente. Con su seguridad y auto-estima fundadas en la razón, ellos estudian, leen, discuten, acumulan vastos almacenes de hechos y reordenan las opiniones y conclusiones de otros. Cuando se hallan guiados por chakras más elevados y cuando no se hallan totalmente enmarañados en las ramificaciones del intelecto, los poderes del svadhishthana son una herramienta poderosa para traer el conocimiento intuitivo hacia una manifestación práctica. La razón no entra en conflicto con la intuición. Simplemente llega más despacio, en forma más complicada, a la misma conclusión. Sin embargo, el intelecto, en su evolución refinada, puede dominar y dirigir los instintos básicos en la persona.

Dentro del tercer centro, denominado chakra manipura, están las fuerzas de la voluntad. Mani significa "gema" y pura significa "ciudad", de modo que manipura significa la "ciudad enjoyada". Su color es amarillo. Está representado en el sistema nervioso central por el plexo solar, donde todos los nervios del cuerpo se unen para formar lo que se denomina el "segundo cerebro" del ser humano. Esto es importante, ya que dependiendo de cómo fluyen las energías, las fuerzas de la voluntad de este chakra, adicionan poder ya sea a la conciencia mundana a través de los primeros dos centros, o a la conciencia espiritual a través de los centros cuarto y quinto. En el misticismo Hindú, esta función dual de la voluntad es manifestada en sus diez "pétalos" o aspectos, cinco que controlan y estabilizan las fuerzas ódicas o materiales de la memoria y la razón, y cinco que controlan las fuerzas actínicas o espirituales de la comprensión y el amor. Por consiguiente, las energías del manipura son de composición actinódica, mientras que el muladhara y el svadhishthana son estructuras de fuerza ódica pura. Cuando la toma de conciencia funciona en los dominios de la memoria, la razón y la fuerza de voluntad agresiva, los hombres y las mujeres son básicamente de naturaleza instintiva. Son rápidos para reaccionar y responder, rápidos en tener sentimientos heridos y rápidos en buscar conquistar a otros, al mismo tiempo que temen su propia derrota. Éxito y fracaso son los deseos motivadores detrás de su necesidad de expresar su poder y de tener influencia. Consecuentemente, sus vidas están sembradas con sufrimiento, con altibajos. Ellos buscan liberarse del sufrimiento y al mismo tiempo disfrutan el sufrimiento cuando les llega. Son físicamente muy trabajadores y generalmente no les interesa desarrollar el intelecto a menos que eso los pueda ayudar a alcanzar algún logro material. En estos estados de conciencia el ego se eleva a su máxima prominencia, y las experiencias emocionales son extremadamente intensas. Si por otro lado, la fuerza de voluntad ha sido dirigida hacia un despertar superior, la toma de conciencia es impulsada hacia dimensiones más profundas. Las ganancias y las pérdidas de posesiones materiales y de poder no magnetizan más su toma de conciencia, y ellos se encuentran libres de explorar centros más elevados de su ser. Dirigidos hacia adentro, la fuerza de voluntad da una fuerza resuelta a estos aspirantes, fuerza para disciplinar su naturaleza externa y para practicar sadhana.

Jueves
LECCIÓN 284
Conocimiento y Amor Divino

Cuando la voluntad espiritual ha surgido, la toma de conciencia fluye muy naturalmente hacia el chakra anahata, el centro del corazón que gobierna las facultades de conocimiento o comprensión directos. Este chakra, que se halla conectado con el plexo cardíaco, es a menudo denominado "la flor de loto del corazón." Sus doce pétalos implican que la facultad del conocimiento puede ser expresada de doce formas distintas o a través de muchas máscaras o personalidades. Su color es verde grisáceo. El despertar de la persona en esta región de conocimiento, se produce usualmente entre las edades de veintiuno a veintiséis años. La vida para aquellos en este chakra es diferente de la de otros. Es en anahata, que literalmente significa "sonido no pulsado", que el aspirante obtiene su conciencia de la cima de la montaña. En lugar de ver a la vida en sus segmentos parciales, como ver simplemente una ladera de la montaña, eleva su conciencia hasta un pináculo desde donde un conocimiento objetivo y comprensivo de la totalidad es la conclusión natural. Sin involucrarse en las partes aparentemente fracturadas, es capaz de ver a través de todo y comprender – como si estuviera mirando hacia una caja y viendo el interior, el exterior la parte de arriba y la parte de abajo, todo al mismo tiempo. Se ve transparente para él, y es capaz de abarcar la totalidad en un destello instantáneo de conocimiento directo. Sabe en esa fracción de segundo, todo lo que se debe saber acerca del sujeto, y sin embargo encuentra difícil poder expresar ese vasto conocimiento. Varios psíquicos altamente dotados, son proclives a utilizar este centro de fuerza, ya que poderes espirituales como el de la curación se manifiestan aquí.

Las personas que han despertado el chakra anahata, son en general bien equilibradas, contentas e independientes. Muy a menudo, su intelecto se encuentra altamente desarrollado y su razonamiento es agudo. El refinamiento sutil de su naturaleza los hace extremadamente intuitivos, y lo que resta de sus instintos y emociones básicas, son fácilmente resueltos a través de sus poderes del intelecto. Es importante que el aspirante serio obtenga suficiente control de sus fuerzas y de sus karmas para mantenerse estabilizado en el centro del corazón, este debe ser su hogar central y debe tratar de nunca caer en conciencia por debajo del anahata, o a lo sumo hacerlo rara vez. Solamente después de años de sadhana y de transmutación de fluidos sexuales, esto podrá ser obtenido, pero esto debe ser alcanzado, y la toma de conciencia se debe asentar firmemente aquí, antes de buscar un mayor desarrollo.

El amor universal o divino es la facultad expresada por el siguiente centro, llamado chakra visuddha. Este centro está asociado con el centro faríngeo en la garganta, y posee dieciséis "pétalos" o atributos. Mientras que los dos primeros centros son predominantemente de fuerza ódica en naturaleza y el tercero y cuarto son mezcla de fuerza ódica y de un poco de fuerza actínica, visuddha es una estructura casi puramente de fuerza actínica. En una escala porcentual, podríamos decir que las energías aquí son ochenta por ciento actínicas y veinte por ciento ódicas. Cuando las personas se sienten llenas de un amor y devoción inexpresables hacia la humanidad, hacia toda criatura grande o pequeña, se hallan vibrando en el visuddha. En este estado, no existe conciencia de un cuerpo físico, no existe conciencia de ser alguien con emociones, ni conciencia de pensamientos. Ellos se hallan simplemente siendo la luz, o se hallan tomando conciencia completamente de ellos mismos como fuerza actínica fluyendo a través de toda forma. Ellos observan luz en la totalidad de su cuerpo, aún si se hallan parados en una habitación oscura. Esta luz es producida en el chakra ajna inmediatamente por encima, a través de la fricción que ocurre entre fuerzas ódicas y actínicas y que es percibida a través de la visión divina del tercer ojo. El sentido de "Yo", del ego, es disuelto en la intensidad de esta luz interior, y una grandiosa dicha inunda el sistema nervioso a medida que la verdad de la unidad del universo es comprendida en forma total y poderosa. Visuddha significa "absoluta pureza." Este centro está asociado con el color azul, el color del amor divino.

El jnani que ha despertado este centro, es capaz por primera vez de llevar la toma de conciencia totalmente hacia la médula espinal, a la corriente sushumna. Ahora él comienza a experimentar el verdadero ser espiritual. Aún a este punto, puede tener un concepto de si mismo como un ser exterior, distinto del ser interno que él busca. Pero a medida que se vuelve más y más fuerte en el amor recientemente hallado, se da cuenta de que el ser interior no es nada más que la realidad de sí mismo. Y a medida que observa cómo su ser externo se esfuma, se da cuenta que éste nació de esquemas de tiempo y de memoria, ensamblados a través de las fuerzas de la razón y mantenido por un período limitado a través de las fuerzas de la voluntad. La caparazón externa se disuelve y él vive en una conciencia interna de dicha que sabe sólo de luz, de amor y de inmortalidad.

Viernes
LECCIÓN 285
Visión Divina e Iluminación

El sexto centro de fuerzas es ajna, o el tercer ojo. Chakra ajna significa "centro de comando"y otorga experiencia directa de la Divinidad, no a través de conocimiento transmitido por otros, que sería como el conocimiento encontrado en libros. Unido magnéticamente al plexo cavernoso y a la glándula pineal y localizado entre las cejas, el chakra ajna gobierna las facultades superconscientes de visión divina en la persona. Es de color lavanda. De los dos "pétalos" o facetas que posee, uno es la habilidad de ver hacia abajo, hacia abajo todo el camino, a los siete talas, o estados de mente, por debajo del muladhara, y el otro es la habilidad de percibir los estados de conciencia elevados, espirituales, todo el camino por los siete chakras por encima del sahasrara. Así, ajna mira en los dos mundos: el mundo astral ódico o Antarloka, y el mundo espiritual actínico, o Sivaloka. Es, por lo tanto, el eslabón que conecta, permitiéndole al jnani relacionar la conciencia más elevada con la más baja en una visión unificada. Este centro se abre totalmente para uso consciente de la persona luego de muchas experiencias de nirvikalpa samadhi, Realización del Ser, que resulta en transformación total, han sido obtenidas, pese a que intuición visionaria y en particular experiencias de luz interior más tempranas son posibles.

La composición de este chakra es tan refinada, siendo primariamente fuerza actínica, que su manifestación constante es el conocimiento consciente del alma como cuerpo centellante de energía pura o de luz blanca. Desde aquí, el ser humano mira profundamente dentro de la sustancia de la mente, viendo simultáneamente en el pasado, en el presente y en el futuro – profundamente en las facetas evolutivas de la creación, de la preservación y de la destrucción. El es capaz de viajar conscientemente en su cuerpo interior, entrar sin barreras en cualquier región de la mente y de reducir a través de su samyama, contemplación, toda forma a sus partes constitutivas.

No se recomienda, en el sendero clásico yoga Hindú, que uno se siente y se concentre en este centro de fuerza, ya que pueden ser despertadas prematuramente las habilidades psíquicas de la glándula pineal, que no son posibles de controlar, creando para el aspirante un innecesario desvío kármico. Las visiones no deben ser buscadas. Ellas en si mismas son simplemente ilusiones de una naturaleza más elevada alrededor de las cuales el ego espiritual puede crecer, lo cual sólo sirve para inhibir el paso final en el sendero, aquél de la Verdad más allá de toda forma, más allá de la mente misma. Por este motivo, la glándula pituitaria, que controla el siguiente y último centro, debe ser despertada primero. Esta glándula maestra está localizada aproximadamente una pulgada hacia delante y hacia arriba del oído izquierdo, cerca del centro del cráneo. En este punto uno puede enfocar la toma de conciencia hacia adentro y ver una luz blanca clara. Esta luz es el mejor punto de concentración ya que guiará a la toma de conciencia hacia si misma, a la meta final y sin innecesarias ramificaciones.

El sahasrara, o chakra coronario, es la rueda de "mil rayos", también conocido como sahasradala padma, "flor de loto de los mil pétalos". En realidad, de acuerdo con los místicos de la antigüedad, tiene 1008 aspectos o atributos del cuerpo del alma. Sin embargo, estas personalidades son transparentes – una luz blanca clara cristalina, siempre presente, brillando a través de la circunferencia del cuerpo dorado que es polarizado aquí y que parece ser construido y crecer luego de muchas experiencias de nirvikalpa samadhi mantenido, manifestando una total transformación interna y externa.

El centro coronario es la acumulación de todos los otros centros de fuerza del cuerpo, al igual que del aspecto de control o balance de todas las otras coberturas o aspectos de la persona. Es un mundo dentro de un mundo dentro de sí mismo. Cuando el yogui viaja en estados elevados de contemplación, cuando él es impulsado hacia el vasto espacio interior, se halla simplemente tomando conciencia de este centro dentro de si mismo. En estos estados profundos, incluso la experiencia de luz puede no ser vista, ya que la luz se halla presente solo cuando se mantiene un residuo de oscuridad o ya que la luz es la fricción de la fuerza actínica pura encontrando y penetrando las fuerzas magnéticas. En el sahasrara, el jnani disuelve incluso visiones dichosas de luz y se sumerge en espacio puro, toma de conciencia pura, puro ser.

Una vez que este estado puro se estabiliza, la toma de conciencia misma se disuelve y queda solo el Ser. Esta experiencia es descripta de muchas maneras: como la muerte del ego; como la toma de conciencia abandonando la forma de la mente a través de la "puerta de Brahman", el brahmarandhra, en el tope de la cabeza; y como el inexplicable unirse del atman, o alma con Siva o con Dios. Desde otra perspectiva, es la unión de las fuerzas de la pituitaria con las fuerzas de la pineal. Un grandioso esfuerzo interno, grandiosos sadhana y tapas, activan primero la glándula pituitaria – una pequeña glándula que se encuentra cerca del hipotálamo y que regula muchas funciones humanas, incluyendo el crecimiento, la sexualidad y las secreciones endocrinas. Es vista hacia adentro como una pequeña luz blanca y se la conoce como "la perla de inmenso valor". Cuando la pituitaria es activada completamente, comienza a estimular la glándula pineal situada en el techo de la región del tálamo del cerebro y que influencia la maduración de la expansión de la conciencia. La pineal es vista hacia adentro como un hermoso zafiro azul. Para que la persona obtenga su realización final, final y final, las fuerzas de estas dos glándulas se deben unir. Simbólicamente esta es la culminación del círculo, la serpiente que devora su propio rabo. Ya que para aquellos que han logrado este proceso, esto puede ser observado muy de cerca a través de la facultad de visión divina.

Sábado
LECCIÓN 286
El Desarrollo de la Humanidad

Esta es la historia de la evolución de la persona a través de la mente, de lo burdo a lo refinado, de la oscuridad hacia la luz, de la conciencia de muerte a la inmortalidad. La persona sigue un esquema natural que se construye exactamente en el sistema nervioso mismo: memoria, razón, voluntad, conocimiento directo, percepción interna de luz del alma que despierta el amor universal hacia toda la humanidad, percepciones psíquicas a través de la visión divina; y el refinamiento celestial de estar en la flor de loto de los mil pétalos.

A través de cada era de la historia, uno u otro de los planetas o chakras ha dominado. ¿Recuerdas cuando el supremo Dios Griego Cronos dominaba? El es el Dios del tiempo. La conciencia de masas vino a la memoria, o al chakra muladhara, con su nueva preocupación por el tiempo, por el pasado y el futuro, fechas y registros. A continuación, la conciencia de las masas llegó al svadhishthana y sus poderes de razonamiento. La razón era el Dios de la era dorada de Grecia. Los discursos, los debates y la lógica se volvieron los instrumentos del poder y del ascendiente sobre los otros. Si no se podía razonar no era verdadero. Luego dominó el chakra de la voluntad. El ser humano conquistó naciones, libró batallas, desarrolló armas eficientes. Se pelearon cruzadas y se establecieron reinados durante este período. Nuestro mundo experimentaba fuerza sobre fuerza. El conocimiento directo, el chakra anahata dominó cuando el ser humano abrió las puertas de la ciencia dentro de su propia mente. Conoció las leyes del universo físico: matemáticas, física, química, astronomía y biología. Luego desarrolló las ciencias de la mente penetrando en su mente subconsciente, en los chakras donde había estado previamente. Con el ser humano mirando a su propia mente, nacieron la psicología, la metafísica y las religiones de la mente.

Ahora, en nuestro tiempo presente, la conciencia de masas está acercándose a visuddha – las fuerzas del amor universal. Los precursores de este emergente Sat Yuga, llamados popularmente Nueva Era, no se hallan rindiendo culto a la razón como la gran cosa de la mente, ni tratan de tomar por la fuerza las posesiones de otros. Ellos no rinden culto a la ciencia o a la psicología o a las religiones de la mente como la gran panacea. Ellos están mirando hacia adentro y rindiendo culto a la luz, a la Divinidad, dentro de su propio cuerpo, dentro de su propia médula espinal, dentro de su propia cabeza, y están yendo hacia adentro y hacia adentro y hacia adentro, hacia la profunda conquista espiritual que se basa en experiencia directa, en compasión por todas las cosas de la creación.

Que las fuerzas del chakra visuddha se estén haciendo dominantes en la Nueva Era, no significa que los otros centros de la conciencia han dejado de trabajar. Pero significa que esta que empieza a dominar está reclamando la energía de la conciencia de masas. Cuando este centro de amor divino logre un poco más de poder, todo llegará a un exquisito equilibrio. Existirá una jerarquía natural de las personas basada en el desarrollo del alma, de la misma manera que las eras previas establecieron jerarquías fundamentadas en poder o en agudeza intelectual. Con ese necesario equilibrio, todo en la Tierra se va a calmar, debido a que el chakra visuddha es el de la nueva era de amor universal, en la cual todo el mundo estará de acuerdo, o de lo contrario siempre habrá alguien para establecer la paz. Mira hacia atrás a través de la historia, y verás cómo estas influencias planetarias, estos grandiosos estratos mentales de pensamiento, han moldeado y desarrollado la sociedad humana.

Domingo
LECCIÓN 287
Los Ciclos de los Chakras en Cada Vida

El mismo esquema cíclico de desarrollo en la historia humana, se hace aún más claro en el crecimiento del individuo. En los siete ciclos de la vida de la persona, comenzando en el momento del nacimiento, su toma de conciencia fluye automáticamente por uno de estos chakras y luego a través del siguiente, y luego del siguiente y luego del siguiente, siempre que la persona viva una vida pura siguiendo el Sanatana Dharma bajo la guía de un satguru.

En realidad, la mayoría de las personas nunca alcanzan los cuatro chakras superiores, sino que por el contrario vuelven otra vez a los chakras de la razón, de la voluntad instintiva, de la memoria, del enojo, del temor y de los celos. Sin embargo, el esquema ideal y natural es el siguiente: Desde uno a siete años de edad, la persona se halla en el chakra muladhara. Está aprendiendo los fundamentos del movimiento, del lenguaje y de la sociedad – absorbiendo todo en una memoria activa. Los esquemas de su subconsciente se establecen primordialmente en esta temprana edad. Desde los siete a los catorce años, se halla en el chakra svadhishthana. Razona, se cuestiona y hace preguntas. "¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?" Quiere saber todo, como funcionan todas las cosas. Refina su habilidad de pensar por si mismo. Entre los catorce y los veintiún años llega a su fuerza de voluntad. No quiere que nadie le diga lo que tiene que hacer. Su personalidad se hace fuerte, sus gustos y sus aversiones se solidifican. Está en su camino ahora, un individuo que no tiene que darle cuentas a nadie. En general, a esta edad la persona quiere escaparse de su hogar y expresarse a si mismo. Entre los veintiuno y los veintiocho años de edad comienza a asumir responsabilidades y a lograr una nueva perspectiva de si mismo y del mundo. En teoría debería estar en el anahata, el chakra del conocimiento, pero muchas personas nunca lo logran. Ellos están todavía en la conciencia del elefante en el bazar, haciendo añicos a su paso por el mundo en su expresión de la voluntad, preguntando por qué, razonando las cosas y registrándolas en los patrones de memoria por los que pasan año tras año y tras año.

Pero si la toma de conciencia está madura y completa, habiendo encarnado muchas, muchas veces, la persona va, entre los veintiuno y veintiocho años de edad, al chakra anahata. Aquí comienza a comprender de qué se trata todo. Comprende a su prójimo, a sus relaciones, al mundo a su alrededor. Busca interiormente una inspiración más profunda. El chakra se estabiliza y rota uniformemente una vez que ha criado a su familia y que ha llevado a cabo su deber social y, aunque puede aún continuar con su ocupación, encontrará que las energías se van replegando naturalmente hacia su pecho. Es únicamente el renunciante, el mathavasi, el sannyasin, que desde los veintiocho a los treinta y cinco años de edad, o antes, dependiendo de lo estricto que sea su satguru, llega al chakra visuddha, a experiencias de luz interiores, asumiendo responsabilidad espiritual por si mismo y por otros. Este alma que está despertando aprecia a la gente, las ama. Su corazón y su mente abarcan a toda la humanidad. Está más interesado en lo que la gente es que en lo que la gente hace. Es aquí que, habiéndose replegado del mundo, el mundo comienza a renunciar a él. Luego, desde los treinta y cinco hasta los cuarenta y dos o antes, perfecciona sus sadhanas y vive en el chakra ajna, experimentando el cuerpo del alma, ese cuerpo de luz, y con la toma de conciencia viajando hacia adentro naturalmente, alejándose de los asuntos mundanos de la mente consciente. Desde los cuarenta y dos hasta los cuarenta y nueve, se halla estableciendo en el chakra sahasrara de una manera muy natural, habiendo realizado todas sus responsabilidades a través de la vida.

Este es el exacto sendero que un devoto seguirá bajo el entrenamiento de un satguru. Idealmente y tradicionalmente, el joven debe comenzar el entrenamiento con un guru aproximadamente a los catorce años de edad, cuando se encuentra entrando en el área del manipura de la voluntad. En ese momento, la voluntad es maleable y puede ser dirigida hacia los canales del ascenso interno, en vez de dirigida hacia el mundo externo, aunque puede también estudiar o trabajar en el mundo externo. Pero su motivación es interna. Guiada con cuidado, la toma de conciencia fluye a través de cada uno de estos centros de fuerza, y a los cincuenta años de edad, se halla completamente entrenado y mentalmente preparado para adquirir responsabilidades espirituales intensas de su sampradaya y para remontarse aún más profundamente hacia adentro de una manera muy, muy natural.