Habiendo trascendido el deseo de hijos, el deseo de fortuna, el deseo de mundos, ellos andan como mendigos. Ya que el deseo de hijos es el deseo de fortuna, y el deseo de fortuna es el deseo de mundos. Todos estos no son sino deseos. Él, el atman no es esto, no es esto.§
Shukla Yajur Veda, Brihadaranyaka Upanishad, 4.4.22. VE, P. 717§
Cinco viñetas capturan la vida de los mathavasis de Siva en el Aadheenam de Kauai en Hawaii. Su vida de meditación y culto, mostrada por la ceremonia homa conducida por Gurudeva, es equilibrada por arte computarizado y trabajo en la web, seminarios filosóficos, publicaciones y jardinería.§
Los monjes de toda orden Hindú son guiados y protegidos por seres invisibles que cuidan de sus vidas como si fueran las propias. Son bendecidas las familias que comparten y que apoyan la renunciación de uno de sus hijos para llevar a cabo un dharma más grandioso que el que la vida grihastha puede ofrecer. Son las comunidades monásticas mundiales, de todas las religiones, las que mantienen la cordura en este planeta. Son los monjes llevando a cabo sus votos los que sostienen la vibración de ley y orden en las comunidades y naciones del mundo. Así es como el mundo devónico ve a cada comunidad monástica a lo ancho del globo. Esto es como es y como siempre será. Esto es cómo la humanidad equilibra sus karmas de experiencia y evita destruirse a sí misma a medida que pasa por las tinieblas del Kali Yuga. Las comunidades monásticas que rodean el planeta, llevando a cabo su dharma, compensan el adharma que es tan predominanante, asegurando así que la humanidad no se autodestruya en estos momentos difíciles. Nosotros debemos, para dar claridad, declarar aquí que las comunidades monásticas son ya sea estrictamente masculinas o estrictamente masculinas. Ashramas mixtos no son comunidades monaásticas, sino clasificadas tradicionelmene como comunes. Nuestras Sagradas Órdenes Sannyasa introducen vida monástica en los siguientes pasajes: "Los dos objetivos fundamentales del sannyasa son promover el progreso espiritual del individuo, llevándolo a la Realización de Dios, y protejer y perpetuar la religión. La renunciación y el ascetismo han sido una componente integral de la cultura Hindú desde sus comienzos, el sendero más altamente estimado del Sanatana Dharma. La vida sannyasa tiene tanto un objetivo individual como uno universal. Al nivel individual es una vida de no egoismo en la cual el sannyasin ha hecho el supremo sacrificio de renunciar a toda ambición personal, a todo involucrarse en asuntos mundanos, de modo que pueda dirigir su conciencia y energías totalmente hacia Dios Siva. Guiado por el satguru a lo largo del sadhana marga, él se desarrolla a través de los años en realizaciones más y más profundas. Finalmente, si él persiste, llega al conocimiento directo de Parashiva, Realidad trascendente. Al nivel universal, los sannyasins promueven la religión completa preservando las verdades del Sanatana Dharma. Los swamis competentes son los maestros, los teólogos, los ejemplares de su fe, los que portan la antorcha iluminando el camino para todos. El paramaguru sabio Yogaswami cantó "¡Salve, O sannyasin, tú que no conoces artimaña! Establécete en mi corazón y adora allí al Sin Mancha -- en núcleo más interno de Panchakshara. Tú que ves a los otros como a tí mismo -- ¿quién en este mundo se puede comparar a tí?§
Un legado de devas del completo parampara acompaña a nuestra orden monástica, proveyendo guía y protección interna invisible, silenciosa igualmente a jóvenes y a mayores. En tanto que al menos una persona dentro del grupo entero de mathavasis entra y sale de Parashiva una vez al día, la puerta al Tercer Mundo se mantiene abierta al entorno hereditario de fuerzas devónicas que se ha estado formando por más de dos mil años. Esto es porque brahmarandhra, la puerta de Brahman al tope de la cabeza, se mantiene abierta cuando Parashiva es experimentado dentro de una comunidad mathavasi. Puede ser en el monje más anciano o en el más joven. Esta grandiosa realización que tiene lugar una y otra vez dentro de alguno día tras día mantiene abierta la puerta de Brahman para el completo prana chakravala de monásticos, manteniendo vibrantemente fuerte la conexión interna, actínica de todos los gurus de nuestro parampara así como con otros sadhus, rishis y santos que han alcanzado estos mismos logros, y con los mismos sapta rishis que guían nuestra orden desde profundamente dentro de los lokas internos. Mis swamis Saiva, o Natha swamis, se distinguen por sus vestimentas naranja, aros de oro Natha y tres vueltas de cuentas de rudraksha. Ellos son la Orden Saiva Siddhanta, conocida como el Saiva Swami Sangam cuando ellos se reúnen en cónclave eclesiástico. El sangam no sigue el protocolo de decisión unánime. Por el contrario trabaja en unidad intuitiva para llevar a cabo las instrucciones del Kailasa Pitham, nuestro asiento espiritual de autoridad, para mejorar la misión Saivita en los individuos dedicados a su triunfo. Estos sannyasins no son vistos como individuos sino como un consejo integrado, reunidos y trabajando al unísono para llevar a cabo una sagrada tarea como Sivanadiyars, siervos de Dios Siva. Guiado por el satguru, el Saiva Swami Sangan forma el cuerpo eclesiástico de nuestra Iglesia Hindú que trabaja de una manera humilde para proteger la pureza de la fe entre todas las sectas Hindúes, a través de publicaciones inspiradoras y otros medios de estímulo. Específicamente, la misión de nuestra orden es proteger, preservar y promover la religión Saivita Hindú encarnada en la cultura, tradiciones y escrituras Tamil del sur de la india y de Sri Lanka. Nuestra orden monástica sigue el patrón cenobita en el cual los monásticos viven en comunidad y trabajan juntos hacia objetivos comunes. Los sannyasins de esta orden no son sadhus deambulantes o contemplativos silenciosos, conocidos como anacoretas, en cambio ellos son miembros de una hermandad que trabaja unida e industriosamente con su satguru y con sus hermanos monásticos. En el momento de sannyasa diksha, cada uno ha aceptado como propia la misión del Kailasa Parampara: proteger y perpetuar el Saivismo; servir a los Hindúes de todo el mundo; proveer, enseñar y diseminar escrituras, literatura religiosa e instrucción práctica, promover construcción de templos y ejemplificar la dignidad y la iluminación de nuestro Nandinatha Sampradaya. Viviendo bajo votos de por vida de renunciación, humildad, pureza, confianza y obediencia, estos sannyasins están comprometidos a cumplir su rol único en la cultura Saiva de ejemplares religiosos y defensores incondicionales de la fe. Su ideal es equilibrar el servicio externo (Sivathondu) y contemplación-realización interna (Sivajnana) para una vida rica, satisfactoria y útil. Existen dos grupos de monjes en nuestros monasterios: los yogi tapasvins de vestiduras amarillas y los sadhakas de túnicas blancas, viviendo bajo votos renovables cada dos años de humildad, pureza, confianza y obediencia.§
Sannyasa es la vida, el camino y las tradiciones de aquellos que han renunciado irrevocablemente a los derechos y obligaciones del sendero del jefe de familia, incluyendo propiedad personal, fortuna, ambiciones, posición social y ataduras de familia, en favor de la búsqueda monástica de tiempo completo por el despertar divino, la Realización del Ser y la inspiración espiritual de la humanidad. Tradicionalmente, y en nuestra orden, este dharma es disponible para hombres menores de veinticinco años de edad que cumplen con ciertas calificaciones estrictas. Algunas órdenes son menos severas y aceptan hombres en sannyasa luego de los veinticinco años de edad. Las reglas relacionadas con anacoretas sin hogar son, por razones obvias, menos severas. Otras órdenes aceptan viudos, y algunas inician a mujeres, aunque la costumbre Hindú prefiere que las mujeres que desean seguir el sendero monástico tomen simples votos de brahmacharya y no tomen sannyasa. Las mujeres en las órdenes Hindúes liberales que toman sannyasa deben vestir de blanco. Mujeres vistiendo túnicas naranja es un moda nueva, muy nueva. Mi percepción sobre las décadas pasadas es que esto generalmente no funciona bien a largo alcance. Aquellas mujeres de la historia que han sido reconocidas y honradas como buscadoras célibes, como grandes almas, incluso como gurus, han vestido de blanco. Esto era entonces y es aún hoy lo correcto y sería ir demasiado en el futuro por muchas buenas razones esotéricas. El jefe de familia llega naturalmente al sannyasa ashrama, estadio de retiro, a la edad de setenta y dos años, habiendo vivido a través de los tres previos estadios de la vida: estudiante (bramacharya), jefe de familia (grihastha) y anciano consejero (vanaprastha). Este cuarto estadio es un tiempo de volverse hacia adentro, de dedicarse más enteramente a rendir culto, a la introspección, al estudio de escrituras y a la meditación. Este paso para jefe de familia hombre y mujer puede ser reconocido ritualmente en una bendición del hogar pero no es de ninguna manera interpretado como sannyasa diksha, que es una iniciación monástica. Aunque las tradiciones son variadas, luego de comenzar el cuarto estadio de la vida, los ancianos esposo y esposa, ahora como hermano y hermana, se vuelcan más enteramente a fines religiosos mientras continúan sus asociaciones con la familia, aunque ellos pueden buscar alojamiento que ofrezca más privacidad para sus meditaciones y su culto. Un anciano cuya esposa haya fallecido y cuyos hijos hayan crecido puede, al alcanzar la edad de setenta y dos años, tomar completamente vida de mendicante y entonces seguir diligentemente su sadhana espiritual en un estado de genuina renunciación y no en medio de parientes. Esto es expresado en el sutra 210: "Los hombres solteros y viudos de Siva pueden renunciar al mundo luego de los setenta y dos años de edad, cortando todo vínculo con sus comunidades y viviendo como sannyasins no ordenados, auto-declarados entre los sagrados monjes de la India." A los sannyasins que fueron previamente casados no se les da en general el mismo respeto que a los sannyasins que nunca entraron en el dharma de la familia. Aunque a veces se hace, debe ser notado que es en contra del dharma que un jefe de familia abandone a su esposa e hijos con el pretexto de renunciar al mundo. Volverse un sannyasin auto-declarado luego de los setenta y dos años de edad no es tradicional para alguien que ha sido divorciado y cuya previa esposa aún vive. El matrimonio es un compromiso de por vida, y una vez tomado no puede ser rescindido.§
Los monásticos son los líderes religiosos del Hinduismo. Es escencial continuar con esta tradición del noble renunciante monástico para perpetuar la fe. Por lo tanto, cuando un muchacho joven expresa el deseo de convertirse en monje, los padres nunca deben desanimar tal inclinación, sino apoyarla fuertemente de todas formas. Es una gran bendición para la familia tener un hijo que se vuelva un sannyasin. Cada padre debe guiar a sus hijos que expresan inclinación hacia la vida monástica a aprender más sobre sannaysa enseñándoles sobre la vida de grandes yoguis y swamis, alentándolos en el arte de la meditación, del hatha yoga y de pureza personal, hacer que lean los Vedas y llevarlos a que reciban el darshana y el consejo del satguru y de swamis cuando sea posible. Ellos consideran a cualquier hijo destinado para el monasterio no como su propio hijo, sino como la progenie espiritual del satguru bajo su responsable cuidado. Ellos trabajan junto con el satguru en guiar su entrenamiento de modo de cultivar sus aptitudes y sus rasgos de carácter que van a realzar su futuro como monástico. Muchas familias devotas buscan dar a luz un hijo para el monasterio. Previo a la concepción, ellos se mezclan con los swamis y les piden a los Dioses traer un alma destinada a perpetuar el sagrado linaje. Una vez que un bramachari ha entrado en el monasterio bajo votos, él es una persona muy especial viviendo una vida muy especial. Él debe ser tratado por todos, incluyendo su propia familia, como una persona sagrada. Ahora está separado de la familia y de amistades previas. Los padres respetan su camino elegido cuando hacen visitas y se cuidan no poner en su conocimiento problemas de famila. Ellos lo excluyen de noticias como matrimonios, divorcios, enfermedades, muertes y otros eventos hogareños. Ellos deben mostrar gran interés en lo que él está aprendiendo y hablar de asuntos filosóficos elevados. Una vida de disciplina no es una vida fácil, pero es una vida regocijante, con muchas recompensas que satisfacen al alma. Los monásticos siguen su riguroso protocolo de veinticuatro horas incluso en sus sueños. Aquellos que han nacido para llevar a cabo este servicio deben ser respetados y no ser distraídos por atracciones de familia o por los deseos de amistades previas. Ellos deben ser probados, sí, en sus años iniciales, para asegurarse de que su compromiso es firme, sus energías seguras y sus lealtades bien comprendidas. Tradicionalmente, en este momento, la familia y los amigos juegan un rol importante trayéndoles tentaciones y razones válidas de por qué deben renunciar a la renunciación. Pero cuando sus túnicas se vuelven amarillas o cuando vistiendo blanco portan las cuentas de rudraksha, su sendero es claro y un nuevo protocolo debe ser firmemente mantenido por ambos lados. Ahora todas las relaciones han cambiado. El poder de brahmacharya hace a los monjes muy magnéticos, y a los templos en los que ellos sirven muy poderosos. Los monásticos son por eso muy cuidadosos de mantener su distancia y no involucrarse con devotos que asistan a los templos. A su vez, los devotos cultos mantienen una distancia respetuosa con los monjes -- físicamente, emocionalmente y psíquicamente, sin siquiera pensar en ellos, y aún menos tirando de ellos psíquicamente, ni siquera en sus sueños. Nada debe pasar para distraer a un monje de su camino elegido. Este código de no-intervención es incluso más estricto para los padres de los monjes, quienes comparten en su renunciación a la vida mundana por la vida de servicio desinteresado al Sanatana Dharma.§
El sannyasin Saiva dice en el momento de la iniciación, "Todo lo que poseo y todo lo que soy doy ahora a mi Dios, a mis Dioses y a mi guru. No tengo familia excepto por el Padre Divino Siva y la Madre Divina Shakti que habitan en Kailasa, y en la Tierra el sangam de devotos Saivitas." Este es el ideal de no solamente el swami, sino todos los monásticos. Por lo tanto, un estado de reserva con respecto a vínculos de sangre debe ser mantenido por parte de cada monástico. Esto es reflejado en el protocolo de los monjes que no se refieren a los familiares como "mi padre", "mi hermano", "mi madre", sino con nombres formales impersonales y títulos comunes de cortesía, tales como Sr. Sivanesan, etc. Esto es desapego afectivo, una actitud amorosa de desapego, de la comunidad grihastha. Es un desapego de la familia conjunta o extendida, que incluye amistades previas, y se ve al guru como madre y padre, y a los compañeros monásticos como familia, a los devas del aadheenam como queridos parientes, y a los Dioses como cercanos, no distanes. Cada familia aprende a respetar esta actitud renunciante. Esta es la estructura de la vida monástica para ambos, sannyasins y postulantes, ya que en nuestra comunidad, todos los monásticos están en el sendero de la renunciación. Algunos han recibido el sannyasa diksha y los otros se están preparando para ello viviendo completamente la vida de uno que ha renunciado al mundo en la búsqueda específica de servicio y realización de Dios. Debido a que el entrenamiento se debe dar cuando la naturaleza es aún joven y flexible, yo no acepto para la vida monástica candidatos mayores de veintiun años de edad. Todos deben siempre recordar que es la mayor bendición para una familia, que un hijo se vuelva un sannyasin. Pero se debe seguir una advertencia. Aunque un hombre joven puede ser criado y entrenado para volverse un monástico algún día, es él mismo el que debe tener el ardiente deseo de la realización última trascendente de Parashiva. Es él quien debe tener un corazón lleno de servicio desinteresado y de vairagya, el espíritu de renunciación. Es él quien debe tener los prarabdha karmas que le permitirán ser el sannyasin ideal que sus padres esperaron. Volverse un monje no es simplemente una questión de mudarse del hogar de la familia a un monasterio. Muchas pruebas deben ser logradas y pasadas. La comunidad monástica entera debe estar convencida de la sinceridad del joven muchacho y se debe sentir fortalecida por su presencia. Estos sannyasins en potencia son observados de cerca y se espera que se disocien a ellos mismos de impulsos grihastha tales como reclamar "mis cosas, mi espacio, mi carrera, mi ascenso y mis deberes exclusivos". Ellos son examinados por cualidades de verdadero sannyasa, probadas a menudo tanto como su flexibilidad, su habilidad de renunciar instantáneamente al vínculo de la posición, y seguridad de su puesto sin resentimientos residuales, la fluidez de liberar la conciencia y moverse transparentemente de un área a la siguiente como surja necesario. ¿Cómo sirve un monástico a su guru en la vida diaria? Él debe usar toda oportunidad que se le presente. En el primer nivel, el de un joven aspirante, la mamá y el papá lo dan y dicen, "El guru es ahora tu madre y tu padre. Ve y está con él". Luego depende del joven pensar a su guru como su madre y padre y no pensar en ellos mas como sus padres. Eso es lo que ellos esperan. Ellos están conmovidos de que pudieron producir un hijo que puede ser un hombre espiritual, emocionados de que su hijo pueda ser aceptado. El segundo paso es del hijo mismo. Al vivir en el ashrama, el hijo sólo ve al guru en su mente. El no ve a nadie más. Cuando comienza a ver a otros, encontrando faltas y apreciando a algunos más que a otros, allí es cuando comienza el problema. Por el contrario él debe servir exclusivamente a la misión del guru, en la totalidad de su mente, incluso cuando se encuentra trabajando con otros. Él trata a todos por igual, con gentil desapego afectivo. Él cumple cada obligación de todo corazón y no alberga preferencias por ningún tipo de servicio sobre otro. Él no usa las instalaciones como una escuela de entrenamiento para mejorar sus aptitudes en caso de que la vida monástica no funcione. Finalmente, el atrae la atención del guru y el tercer estadio comienza. El guru le da pequeñas tareas para cumplir, y cuando tiene éxito se le dan tareas más grandes y más difíciles, mientras el guru lo guía fortaleciendo su voluntad. De ese momento en adelante, su vida se despliega de estadio a estadio a medida que él se purifica y manifiesta su Divinidad en su servicio y esfuerzo.§
¿No tendríamos acaso un maravilloso mundo de viviendo con Siva si los dos tercios de las personas en este planeta fueran luces espirituales y no tuvieran en sus mentes sino esparcir el dharma de pensamiento correcto, palabra correcta y acción correcta? Sería realmente una aldea global, un refugio, un lugar de maravilla. Pero durante este yuga puede no ser posible, porque almas jóvenes habitan en gran abundancia el planeta, y su único método de disciplina entre ellos es con el puño, con el hacha, con el látigo y con palabras insutantes y duras. De esta manera ellos acumulan mucho karma para ser trabajado en otro nacimiento. Esto tiene mucho sentido, ya que si no crearan nuevo karma, nunca reencarnarían y nunca se volverían almas viejas. Son las tragedias, las heridas, los temores, las disputas que permanecen sin resolver lo que incita a las almas jóvenes a ir adelante. Ellas aprenden por sus propios errores, pero muy lentamente, tomando las lecciones de sus experiencias y siempre echando la culpa a otros por lo que les sucedió. Por esto y por la mayoría de lo que hemos dicho es cómo distinguimos un alma vieja de una en el grado intermedio y de aquellas que no están verificadas. Las almas intermedias luchan con sus emociones, ellas se hieren a sí mismas más que a las otras. La equivocación no es su enemigo. Ella es su verdedero maestro de nuevos descubrimientos. De ellos es la interminable búsqueda. De ellos es el interminable no poder alcanzar el final de la búsqueda. A diferencia de las almas jóvenes, sus deseos están bien definidos. A diferencia de las almas jóvenes, su intelecto tiene algún desarrollo, puede no ser agudo, pero es utilizable. Para ellos, la religión es una solución aceptable. Ellos no son supersticiosos, en el sentido de creer en lo que no comprenden, como sucede con las almas jóvenes. Ellos deben ser satisfechos con razones adecuadas de por qué, como y qué es lo que depara el futuro. Todas las almas intermedias tienen que aprender a no acarrear el pasado con ellos durante la vida en forma de resentimiento, de no perdonar a través de no olvidar. Esta lección, y sólo esta las distingue de sus ejemplos más maduros. Pero ellas sí acuden a las almas viejas para ayuda y consejo, buscando sostener su mano, apoyarse en sus hombros, y compartir con ellos algunas de sus cargas de experiencia. El tomar sannyasa de joven y completar las metas y las disciplinas de la vida monástica es para las almas maduras. Estos seres inteligentes, misericordiosos, confían en las memorias de su pasado cuando eran almas jóvenes. Ellos confían en las memorias de su pasado de cuando eran almas intermedias. Ellas confían en sus habilidades superconscientes de mirar registrar y examinar toda situación, acontecer, del pasado, presente y futuro. Su exámen, su prueba suprema, es equilibrar su vida interna y externa. De modo que ellos renuncian al mundo, y en su renunciación, el mundo al cual renuncian, renuncia a ellos. Su calidad humana está aún allí, su esfuerzo está aún allí, y su búsqueda por la aclaración está aún allí. Pero lo que no está allí es el sentido de su pequeño ser. El sentido del pequeño ego. El sentido de "yo y mío" es reemplazado por "nosotros" y "nuestro". No todas las almas maduras están listas para las órdenes sagradas de sannyasa, pero algunas lo están, y estas pocas poseen cualidades especiales. Lealtad a su linaje es una de las más importantes, y la otra es amor en su voluntad. Esto significa que ellas hacen que aconteceres tengan lugar en el mundo externo. Ellas efectúan cambio, pero no reclaman recompensa ni reconocimiento. Ellas no se ponen de mal humor si la apreciación no aparece. Ellas siguen adelante, siempre impulsadas por su espiritualidad, esa fuerza de inspiración que está siempre en movimiento que hace bien en vez de daño, esa fuerza espiritual que está siempre en movimiento que aplaca al ego externo y que da crédito a otros. Esa habilidad valiosa de ver en el futuro, de prepararse para él y de guiar a otros hacia él, está allí para que la desarrollen. Las almas jóvenes se mezclan unas con las otras. Las almas intermedias se mezclan con proyectos y con el aprendizaje de nuevas cosas, mezclándose con la mente y con el intelecto. Las almas maduras buscan el Ser más allá de la mente, uniéndose con el Espíritu y con cosas espirituales. A ellos los llama una vida pura y casi perfecta. Ellos saben intuitivamente que la unión profunda del jiva en Siva no es tarea fácil, que se pueda llevar a cabo en un seminario o en una clase yoga de fin de semana. Por lo tanto ellos van más lejos, ellos renuncian, ellos toman los ideales de los cuatro Vedas -- no para repetirlos, sino para vivirlos, así como hicieron los rishis de antaño. Eso conduce al sendero del renunciante, al sannyasin en la tradición India. Aunque puede no ser tu dharma el renunciar formalmente al mundo, puedes beneficiar inmensamente tu búsqueda sabiendo cómo las grandes almas buscan vivir y cómo responden a la vida. En el medio de tu vida puedes encontrar maneras de seguir su ejemplo. Date cuenta que los sannyasins, los sadhus y la enorme cantidad de mendicantes sin nombre de las órdenes tradicionales del Hinduismo han construído dentro de ellos la estructura espiritual, social, cultural que ha sobrevivido asedios y pestilencia en los países en los que ellos sirven. Pero, más importante, estos tres millones de soldados internos han sobrevivido el asedio del ser bajo, la pestilencia de su propia mente, y se elevaron hacia las alturas. Este libro, Viviendo con Siva, continene en él la sabiduría que una vez leída y comprendida, se vuelve conocimiento para llevar a cabo la conquista de las conquistas, la victoria sobre la mente instintiva-intelectual y todo lo que esta contiene. Todo esto y mucho más es resumido muy elocuentemente en la "La canción del Sannyasin," de la lección del domingo, un poema conmovedor de Srila Sri Swami Vivekananda Maharaj (1863-1902), compuesto en Julio de 1885, en Thousand Island Park, Nueva York. Le aconsejo a mis seguidores monásticos vívelo, simplemente vívelo, y tratar de llevar a cabo en tu vida estos elevados ideales. A todos los lectores de este libro, yo les digo, procedan con confianza en el sendero del sadhana, a través del cual se asegura danzar con Siva, vivir con Siva y unirse a Siva. Esa es la forma en que es y esa es la forma en que es. §
¡Despierta la nota! La canción que tuvo su nacimiento lejos, donde mancha mundana no puede nunca alcanzar, en cavernas de montañas y claros en lo profundo del bosque, cuya calma ningún suspiro por lujuria o riquezas o fama podría jamás romper; donde llevó el torrente de conocimiento, verdad, y dicha que sigue a ambos. ¡Canta alto la nota, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
¡Cercena vuestros grillos! Ataduras que os subyugan, de brillante oro, o más oscuras, de bajo cobre – amor, odio; bueno, malo; y toda la multitud dual. Sabe que esclavo es esclavo, acariciado o fustigado, sin libertad; Ya que grillos, aunque de oro, no son menos fuertes para encadenar. ¡Entonces quítatelos, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
Deja que las tinieblas se vayan; la quimera que guía con luz parpadeante a apilar mas penumbra sobre penumbra. Esta sed de vida calma para siempre; ella arrastra al alma De nacimiento a muerte y de muerte a nacimiento. Conquista todo aquel que se conquista. ¡Conoce esto y nunca cedas, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
“El que siembra debe cosechar”, dicen, “y causa debe traer el seguro efecto: bien, bien; mal, mal; y nadie escapa a la ley. Pero quien viste una forma debe vestir la cadena.” Tan cierto, pero más allá tanto de nombre como de forma está atman, por siempre libre. ¡Sabe que tú eres Eso, Sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
No conocen verdad quienes sueñan tales vacíos sueños Como padre, madre, hijos, esposa y amigo. El Ser sin sexo – ¿padre de quién es El? ¿hijo de quién? ¿amigo de quién, enemigo de quién es El que no es sino Uno? El Ser es todo en todo – nadie más existe; ¡Y tú eres Eso, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
No existe sino Uno: el Libre, el Conocedor, Se, Sin nombre, sin una forma o mancha. En Él está maya soñando todo este sueño. El Testigo, El aparece como naturaleza, alma. ¡Sabe que tú eres Eso, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
¿A dónde va tu búsqueda? Esa libertad, mi amigo, este mundo no pueda dar. En libros y templos, tú buscas en vano. Tuya sola es la mano que sostiene la soga que continúa arrastrándote. Entonces cesa el lamento. ¡Deja de asirte, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
Di, “Paz a todos. No corre riesgo por mi nada que viva. En aquellos que moran en lo elevado, en aquellos que se arrastran bajo - ¡yo soy el Ser en todos! A toda vida, aquí y allá yo renuncio, a todos los cielos, tierras e infiernos, todas las esperanzas y los temores.” ¡Entonces corta tus ataduras, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
No prestes más atención a cómo el cuerpo vive o va. Su misión esta cumplida: deja que el karma lo hunda. Deja que uno le ponga guirnaldas, que otro patee Este cuerpo: no digas nada. No pude haber elogio ni culpa Cuando el que elogia y el elogiado, el que culpa y el culpado, son uno. Entonces está calmado, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
La verdad nunca viene donde lujuria, fama y ambición de ganancias residen. Ningún hombre que piense en una mujer por esposa puede ser perfecto; ni aquel que posee alguna cosa, ni aquel a quien la ira encadena, puede pasar por las puertas de maya. De modo que renuncia a ellos, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
No tengas hogar. ¿Qué hogar puede albergarte a ti mi amigo? El cielo es tu techo, el pasto tu lecho, y comida Lo que el azar traiga – bien cocida o mala, no juzgues. Ni comida ni bebida puede manchar el noble Ser Que se conoce a sí mismo. Como río torrencial libre Siempre serás, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
Sólo pocos conocen la verdad. El resto te odiará y se burlará de ti, magno; pero no prestes atención. Vé tú, el libre, de lugar en lugar, y ayúdalos a salir de las tinieblas, el velo de maya. Sin Temor al dolor, y sin buscar placer, vé Mas allá de ambos, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
Entonces día tras día, hasta que el poder de karma es agotado, Libera el alma para siempre. No hay más nacimiento, No yo, no tú, no Dios, no hombre. El “Yo” Se ha vuelto Todo, el Todo es “Yo” y dicha. Sabe que tú eres Eso, sannyasin audaz! Di,
“¡Om Tat Sat, Om!”§
La “Canción del Sannyasin” escrita por Swami Vivekananda es citada con permiso escrito, de “Charlas Inspiradas, Mi Maestro y Otras Escrituras”; derechos de autor 1958 de Swami Nikhilananda, depositario de la heredad de Swami Vivekananda; publicado por el Centro Ramakrishna-Vivekananda de Nueva York. §