Todos los Dioses en el cielo de Brahman adoran en contemplación su Supremo Espíritu Infinito. Esto es por lo cual ellos tienen todo gozo, y todos los mundos y todos los deseos. Y el hombre que en esta Tierra encuentra y conoce a Atman, su propio Ser, tiene todos sus sagrados deseos y todos los mundos y todo el gozo.§
Sama Veda, Chhandogya Upanishad 8.12.6. UPM, P. 126§
Un joven Hindú extiende sus brazos en regocijo, sabiendo que su religión le provee de todo lo que necesita, todo recurso para una vida espiritual rica y valiosa. El Señor Siva, con el Ganges fluyendo de su cabello y portando brazaletes de oro tradicionales, acuna al devoto en Sus manos entrelazadas.§
Esta noche, en la hermosa Sri Lanka queremos hablar de los gozos y las alegrías que se encuentran en el Hinduismo, nuestra antigua religión que nos trae los maravillosos sentimientos de una creencia en los procesos cósmicos de reencarnación acoplados con conocimiento de las leyes de karma y la sabiduría de dharma en las que todo el mundo tiene su lugar y propósito correcto en la vida. Trae la amplitud de aceptación total de todas las otras religiones como expresiones de la creación de Un Dios, la bendición de un sendero devoto completo girando en torno a templos poderosos, la completitud de una enseñanza mística profunda comentada sobre yoga y traída por los videntes y santos y gurus, y tantos más. Nuestra religión es tan fuerte, tan rica y variada que pocos pueden afirmar comprenderla completamente. Es inmensa, una religión inmensa, tan inmensa que tenemos dificultad a veces de explicarla a aquellos adheridos a una doctrina más simple, especialmente si ellos han sido sometidos a conceptos erróneos acerca de nuestra religión, promulgados por invasores y misioneros de una cantidad de religiones foráneas. Es hora de que el mundo conozca las grandezas del Hinduismo, que lo conozca tal como es. Por supuesto, no podemos explicarlo en una tarde. Mi satguru, el gran Siva Yogaswami de Columbuthurai, diría, El tiempo es corto y el sujeto vasto." Pero podemos ver algunos de los aspectos de Hinduismo que brindan gozo y alegría a más de mil millones de devotos en el mundo.§
La creencia de cada Hindú en la reencarnación es tan fuerte que elimina totalmente el temor y el pavor a la muerte. Ningún verdadero Hindú realmente teme a la muerte; ni tampoco la desea. La palabra muerte en el vocabulario del Hindú tiene un significado diferente. Él no toma a la muerte como el final de la existencia; tampoco ve a la vida como una oportunidad singular a ser seguida por una existencia celestial eterna para aquellas almas que se portan bien, y por un infierno sin fin para aquellos que no. La muerte para el Hindú es meramente una transición. Al mismo tiempo un final y un nuevo comienzo. Hace más de dos mil años, San Tiruvalluvar escribió, "La muerte es como dormirse, y el nacimiento es como despertarse de ese sueño" (Tirukural 339). En uno de los antiguos lenguajes de nuestra religión, el cuerpo físico tenía un nombre que literalmente significaba "aquello que está siempre siendo descartado."§
El conocimiento sobre reencarnación del Hindú le da la esperanza de obtener un futuro nacimiento y en ese nacimiento progresar más hacia la perfección que él intuitivamete sabe que es su atman, su alma. Él se halla trabajando en esta vida para ganar suficiente mérito, suficiente punya para merecer la bienvenida en una buena familia religiosa como una buena alma que no va a perturbar a la familia sino sumar a su amor y armonía y productividad. Ese es siempre un objetivo en la mente del Hindú devoto, vivir bien para poder vivir aún más perfectamente en una vida futura en este planeta. Ese es nuestro objetivo; y nuestras otras creencias, nuestro conocimiento acumulado y las muchas facetas de nuestra religión, nos dan la fortaleza y la sabiduría para creer en tal camino a largo alcance, para mirar más allá de las preocupaciones inmediatas de todos los días hacia nuestro objetivo último, que es la realización y la liberación, moksha.§
Tampoco es esta creencia en los ciclos de existencia terrestre, reencarnación, meramente una creencia. Es cierto conocimiento para aquellos que han incluso apenas vislumbrado sus orígenes, al punto de recordar otra vida o de simplemente intuir que el alma no cobró existencia justo antes del nacimiento de uno. El Hindú cree que el alma se embarca en muchas travesías en el planeta. Vemos la sabiduría en este ciclo de nacimiento, muerte y vuelta a nacer.§
Vemos a la reencarnación como una explicación de las muchas aparentes injusticias que se observan en la vida. Entonces comprendemos la justicia incluso en un mal nacimiento, digamos un nacimiento como lisiado o como un niño que muere en la infancia. Para el Hindú esto no es accidente, sino que es un evento natural traído por el alma misma a través del karma de acciones impropias y deseos en una vida previa. Para el Hindú no existe una sola fuerza actuante en el universo para hacer cosas buenas y una fuerza opuesta tratando de destruir al alma. No. Todo es trabajo de Dios. Todo el karma es natural y valioso para el alma al cual le llega.§
El Hindú sabe que son las almas jóvenes las que no poseen comprensión, las que no pueden vivir en armonía con otros y las que esquivan las formas elevadas de cultura y fe. En vez de heredar sufrimiento eterno por sus acciones, ellas ganan en su lugar otra oportunidad para experiencia, para aprender, para evolucionar. Las ideas de pecado y de mal en el Hinduismo son diferentes de los conceptos sostenidos por las religiones Abrahamicas. Si existe tal cosa como pecado para el Hindú, es el romper con las leyes naturales, una interrupción en los patrones del karma y del dharma y esa transgresión trae su propio castigo en la forma de karma adicional creado para luego ser trabajado. De esta manera, el Hindú no vive en temor por el pecado o bajo la noción del pecado original. No vemos a la humanidad como inherentemente con pecado, sino inherentemente perfecta y esforzándose por desenvolver esa perfección desde adentro. El Hindú sabe que tendremos tantas oportunidades como sean necesarias para refinar y evolucionar nuestra naturaleza -- mil vidas o más si es necesario. No tenemos que pensar que tenemos una sola chance, una única vida en la que todo debe ser logrado y todos los deseos satisfechos. Por lo tanto, no tenemos apuro. Somos pacientes. Mostramos más paciencia con las circunstancias que aquellos que creen en una única vida, y somos más misericordiosos con nosotros mismos cuando fallamos. Así es que el Hinduismo ofrece un gran regocijo a sus seguidores -- una bendición de falta de temor al enfrentar a la muerte, una seguridad de continuación de conciencia después de la muerte física, otra seguridad de que cada alma crea su propio karma y que tal karma es justo y correcto, incluso cuando parece que algunas personas son menos afortunadas que otras y que el destino le ha dado una ventaja injusta a unos pocos. Todas estas cosas son concedidas a los Hindúes simplemente porque ellos comprenden la doctrina de la reencanación.§
El Hinduismo es una religión de esperanza y reconfortante. Esperanza por una vida futura hace a esta vida valiosa, regocijante, contenta y feliz, porque el Hindú puede vivir y tratar problemas presentes, sabiendo que son problemas transitorios, que ellos no durarán por siempre; y que tampoco nos afectarán por siempre. Ellos son problemas; no lo podemos negar. Pero son problemas para ser trabajados con una actitud positiva y con energía elevada y con ayuda de los Dioses.§
El Hindú también quiere mejorar las condiciones del mundo, en el mundo físico. No vemos a todo lo que nos sucede como no real. Esa es una concepción errónea. Es real. La vida es real. Es a través de la vida que progresamos. La vida es el medio provisto por el Dios Primordial para encontrar la Realidad. Es verdad que es maya. Pero es maya en la forma de mente, en la forma de forma. Maya o forma, o mente, es creada con un propósito, para ayudar al hombre a evolucionar, no para ligarlo en ilusión. El Hindú comprende esto. Queremos ayudar a la humanidad, y simultaneamente sabemos que bien podemos regresar en otro cuerpo físico. De modo que estamos trabajando no solo para nosotros, sino para nuestras personas queridas, no solo ahora sino también en el futuro. Estamos mejorando el mundo para generaciones futuras de las cuales tomaremos parte.§
A través de nuestro conocimiento sobre reencarnación, tenemos gran amor y comprensión para todo ser humano, ya que ellos han sido nuestras madres, nuestros padres, nuestros hijos e hijas, nuestros abuelos y compañeros en muchas vidas pasadas, o quizás lo serán en una encarnación futura. Este conocimiento expandido de la humanidad interrelacionada trae con él una apreciación profundizada, que nos ayuda a comprender por qué es que algunas personas parecen tan cercanas a nosotros aunque casi no las conocemos y otros son extraños o incluso enemigos luego de años de asociación cercana. Para el Hindú, todo aquél más joven es su hermano o hermana. Todo aquél mayor es su madre o su padre, y él mantiene un profundo respeto por los otros. Nosotros tenemos este conocimiento por haber vivido muchos cientos de vidas en este planeta y por habernos asociado con muchos miles de personas. Sabemos que en nuestro patrón presente en esta vida, a menudo atraemos hacia nosotros aquellos que han estado con nosotros en vidas pasadas. Por lo tanto nos da gran regocijo y felicidad encontrarlos de nuevo y un profundo conocimiento de nuestras relaciones, nuestras relaciones psíquicas, con ellos en vidas pasadas.§
El Hindú cree en la ley del karma, la habilidad de ganar tanto las recompensas como los castigos de uno. Todo esto podemos hacer con la ayuda de nuestros Dioses y con nuestra relación personal con nuestra Ishta Devata, el Dios individual que hemos elegido para amar, para que nos guía y proteja a través de una encarnación.§
En el Hinduismo no existe un sacerdote entre el devoto y Dios. El sacerdote es un sirviente de Dios, así como cualquier otro devoto. Incluso el satguru, el maestro espiritual, no se interpone entre el discípulo y Dios, sino que busca en vez, fortalecer la experiencia de relación directa del devoto con el Divino. El Hindú por lo tanto encuentra gran regocijo en su relación con Dios y con las Dioses. Es su relación y solamente él es capaz de perpetuarla. Nadie puede hacer este trabajo por él o en su lugar Exste una gran felicidad allí entre el devoto y el Dios residente en el Templo Hindú, que es el punto de comunicación con el Dios, como lo es el sagrado altar del hogar.§
En nuestra vida religiosa, uno de los aspectos más satisfactorios es el peregrinaje. Nosotros tenemos regocijo con la ilusión de un viaje espiritual, y experimentamos contento durante nuestro peregrinaje y luego nos asoleamos en la refulgente consecuencia de los pujas. Es como ir a ver a un gran amigo, el amigo más querido del devoto -- el Ishta Devata. Viajamos a un templo lejano donde este gran amigo está eminentemente presente. En ese templo en particular, este Dios personal lleva a cabo una función especial, ofrece un tipo especial de bendición a los peregrinos que hacen el peregrinaje a ese hogar. De esta manera, diferentes templos se hacen famosos por responder ciertos tipos de plegarias, tales como pedidos de ayuda financiera, o plegarias por la pareja correcta en el matrimonio, plegarias para serles confiados la crianza de hijos de almas elevadas, o ayuda en cuestiones de yoga o ayuda en inspirar bhakti y amor.§
El Hindú no tiene la sensación de tener que tomar una vacación para "alejarse de todo." Nosotros no llevamos una vida de confusiones mentales, contradicciones religiosas y de las frustraciones que resultan de la forma apurada de la vida moderna. Nosotros llevamos una vida moderada, una vida religiosa. Viviendo una vida moderada, nosotros entonces vemos a nuestro pregrinaje como a un momento especial, un tiempo muy apreciado de dejar de lado preocupaciones ordinarias y dar escenario completo a nuestros anhelos religiosos. Es un tiempo para llevar problemas y plegarias a nuestro Dios personal.§
A diferencia de los orgullosos "libre pensadores" que se consideran a sí mismos emancipados, por arriba de la vida religiosa, los Hindúes sienten que recibir el darshana de los Dioses y la ayuda que viene de ello vigoriza nuestro ser y nos inspira a ser aún más diligentes en nuestra vida espiritual. A diferencia de los racionalistas que se sienten confiados de que adentro de ellos yacen todos los recursos para satisfacer sus necesidades, y de que rezarle a los Dioses por ayuda es un ejercicio patético de inutilidad, el Hindú sabiamente se somete al Divino, y de esa manera evita el abismo de la incredulidad.§
Todo aquello en la vida de lo cual nos queremos "alejar" el Hindú lleva con él en peregrinaje al templo, a los pies de su Dios personal, al ser o Mahadeva del plano interno, quien no necesita cuerpo físico para comunicarse con la gente -- al Dios que posee un sistema nervioso tan sensible y bien desarrollado que mientras se mantiene suspendido sobre la imágen de piedra, que es similar a como se ve la Deidad en los planos internos, este ser de luz se puede comunicar con los peregrinos que visitan el templo. Este ser de luz, este Mahadeva, puede absorber y en efecto absorbe toda la escoria que los devotos tienen para ofrecerle, y retorna bendiciones que les trae felicidad y liberación. De este modo, el peregrinaje no es un viaje en el sentido ordinario de viaje, sino el ir a ver a un amigo personal, uno que es el más cercano y el más querido, pero que no vive en un cuerpo físico.§
El Hindú posee otro gran regocijo -- la certeza de la liberación. Incluso en tiempos difíciles, somos consolados en el conocimiento de nuestra religión que nos dice que ningún alma que haya existido o que vaya a existir en futuras extrapolaciones de tiempo y de espacio nunca fallará en obtener liberación. El Hindú sabe que todas las almas algún día se unirán a Dios, y él conoce a ese Dios, quien creó todas las almas, quien lentamente guía nuestra madurez en su semejanza, que nos trae de vuelta hacia su Semejanza, nos trae de vuelta a Sí Mismo, que no es distinto de nosotros mismos. El Hindú a través de esfuerzo y desarrollo personal en esta vida y en este planeta, sabe que la liberación en Dios es la meta final. Este conocimiento y esta creencia nos libera de cualquier ego, de toda superioridad por la cual una persona se considera a sí misma especialmente merecedora de la gracia de Dios mientras que otros están perdidos. Para el Hindú existe una garantía de que todas las almas eventualmente disfrutarán la liberación, y eso nos incluye a nosotros mismos y a todos nuestros amigos y familiares. No necesitamos nunca temer lo contrario.§
También existe el regocijo del misticismo en el Hinduismo. Es la más mágica religión del mundo, que ofrece mundos dentro de otros mundos de percepción y descubrimiento esotéricos. Los mundos internos son lo que los místicos Hindúes cuentan con la mayor riqueza y libertad de expresión que existe en el planeta. El misticismo en el Hinduismo es más evidente que en ninguna de las otras religiones del mundo. Como resultado, es disfrutado por más que las personas en nuestra religión. El misticismo es discutido más ampliamente y no limitado a nuestras grandes amas y a unos pocos pandits. Es misticismo del Hinduismo es para todas las personas, y sin embargo, también, en su aspecto esotérico es protegido en su núcleo y mantenido sagrado al mantenerse secreto. Cuan grande es la tradición mística Hindú, con sus sadhanas y yogas, con su riqueza de comprensión de los cuerpos etéreos, de los nadis y de los chakras, del aura y de los pranas de los varios estados de conciencia y niveles de existencia, y tanto más. Ninguna otra religión en la Tierra puede siquiera comenzar a igualar las enseñanzas místicas del Hinduismo. Toda esa riqueza es la justa herencia de cada Hindú.§
El Hindú disfruta de todas las facetas de la vida como transmutadas a una expresión religiosa en arte. El arte Hindú es un arte religioso -- dibujo, pintura y escultura de los Dioses, de los devas y de los santos de nuestra religión. La música es devota y describe los tonos de los chakras elevados, imita las voces de los Dioses; y la danza emula los movimientos de los Dioses. Nosotros nunca estamos lejos de imágenes, sonidos y símbolos de nuestra religión. La cima de una montaña representa al Señor Siva; un cerro representa al Señor Murugan, Karttikeya; y campos de caña de azúcar representan al Señor Ganesha. Todo lo que uno ve en el planeta representa algo religioso. El arte no es meramente para autoexpresión egocéntrica y existencial, sino para expresión espiritual, hecha concientemente en servicio de lo Divino. Eso es por lo cual uno raras veces ve o siquiera conoce el nombre del artista de las grandes creaciones artísticas Hindúes. El artista no crea para volverse famoso o rico. Él rinde sus talentos, sirviendo a sus Dioses y a su religión a través de su arte, y su arte toma una cierta calidad de sagrado.§
Un gran gozo que el Hindú posee es el aprecio de todas las otras religiones. El Hinduismo es teocéntrico, eso significa centrado en Dios, mientras que la mayoría de las otras religiones son centradas en profetas, giran alrededor de la personalidad de una persona en vida o de alguna persona que vivió en la historia e interpretó la religión con la cultura de su época. El Hinduismo no tiene fundador. Nunca fue fundado. No tiene ni comienzo ni final. Es coexistente con el hombre mismo. Eso es por qué es llamado el Sanatana Dharma, el Sendero Eterno. No es las enseñanzas o la interpretación de un hombre. No es limitado a una única faceta de religión, sino que consiste de un espectro completo, que se ve en sus varias componentes como a través de un prisma. No dice que esta religión está equivocada y que la otra es correcta. Ve a Dios en todas partes, manifestando todas las grandes religiones. El Hindú puede apreciar a Buddha sin volverse Budista. Puede comprender a Jesús sin volverse Cristiano. Por lo tanto, los regocijos de todas las religiones del mundo se vuelven el regocijo del Hindú.§
Pero como Hindúes, debemos primero pensar en los regocijos y la felicidad dentro de nuestra propia religión. Considerar nuestras bendiciones. Acercarnos a los Dioses de nuestra religión. Los muchos Dioses están ahora en el mundo occidental y han rodeado al planeta con su shakti de rayos radiantes que penetran con poder espiritual, trayendo armonía y cultura, equilibrando el dharma del planeta.§
El Hinduismo es una gran religión. Todos los Hindúes practicantes están muy orgullosos de su religión. Desafortunadamente, en estos días muchos nacidos en la religión no están demasiado orgullosos de ser Hindúes, pero esto está cambiando lentamente. Los Hindúes dan la bienvenida a su religión a otros que están, por su propia voluntad, adoptando o convirtiéndose al Sanatana Dharma. Ellos están suficientemente orgullosos de su creencia para querer compartir con otros su sabiduría, su misticismo, sus escrituras, su amplitud, su magnificos templos y sus conclusiones finales para la humanidad. Para todos los Hindúes, que hoy se encuentran en todo país de la Tierra, yo les digo: ¡Coraje! ¡Coraje! ¡Coraje! Tengan el coraje de saber sin duda que el Hinduismo es la religión más grande del mundo. Debemos estar orgullosos de esto.§
Es falso pensar que uno tiene que haber nacido Hindú para ser Hindú. Ese es un concepto postulado por ciertos linajes basados en castas y reforzados por los Cristianos en sus esfuerzos de impedir el crecimiento de nuestra religión, para privarla de nueva vida, para mantenerla subyugada mientras ellos a su turno tratan de convertir Hindúes en masa a su religión. Swami Vivekananda (1863 -- 1902), un monje Hindú y visionario que escribió extensamente sobre el Dharma Hindú, cuando fue confrontado con este mismo asunto en el occidente explicó cómo a los Hindúes que han sido convertidos por la fuerza no se les debe negar una oportunidad de retornar a su religión ancestral. En cuanto al caso de aquellos que no nacieron en el Hinduismo y que pueden estar interesados en unirse a él, simplemente dijo, "Nacidos fuera han sido convertidos en el pasado en multitudes, y el proceso aún continúa." El Dr. S. Radhakrishnan (1888 -- 1975), el distinguido filósofo Hindú que fue el segundo presidente de la India, confirma este punto de vista escribiendo, "En un sentido, el Hinduismo puede ser visto como el primer ejemplo de una religión misionaria en el mundo. Sólo que su espíritu misionario es diferente de aquél asociado con las creencias proselitistas. No considera como su misión convertir a la humanidad a una opinión. Ya que lo que cuenta es la conducta y no la creencia. La antigua práctica de vratyastoma, descripta completamente en el Tandya Brahmana, muestra que no solo individuos sino tribus completas fueron absorbidas en el Hinduismo."§
Durante la era de la dominación de la India por religiones foráneas, cuando se quizo destruir al Hinduismo, el ataque se iba a llevar a cabo de tres maneras. La primer estrategia fue convencer a las mujeres a que abandonaran su antiquísimo stri dharma -- de mantener el hogar, su pureza y las formas de culto -- de esa forma sacándolas del hogar para recibir la así llamada "educación superior" o para enseñar en escuelas religiosas foráneas, y de esa manera negandole a las futuras generaciones el consejo religioso y la instrucción del dharma. La segunda estrategia fue destruir abiertamente las varias castas de sacerdotes del templo atrayéndolos a aceptar otras ocupaciones, a menudo de mayor paga, dejando así descuidados a los templos.§
La tercer estrategia fué convencer a los Hindúes de que ellos habían heredado una religión burda y pasada de moda. Este último ataque fue llevado a cabo principalmente a través del ridículo, ridiculizando todo aspecto de la religión que pudiera ser ridiculizado. Por ejemplo aquellos que hablaban mal del Hinduismo, decían que no tenía sacramentos. ¿Por que?, el Hinduismo tiene más sacramentos, más ritos sagrados y ceremonias para sus miembros, que quizás ninguna otra religión del mundo. Estos sacramentos incluyen el namakarana samskara, el sacramento de otorgamiento del nombre; annaprashana, la primer comida sólida; karnavedha, perforación de las orejas; vidyarambha, el comenzar a apreneder; vivaha, casamiento; y muchos otros.§
Aunque la India fue politicamente dominada por generaciones con adherentes de creencias extrañas, y aunque se hizo todo atentado para desanimar, debilitar y aplastar la religión nativa, el sistemático asalto cuidadosamente calculado, falló en destruir al Hinduismo. El Hinduismo no puede ser destruído. Es la venerable religión eterma, el "Sanatana Dharma". Pero fue una campaña efectiva que ha dejado en su estela patrones samskaricos, profundas impresiones subconcientes, que aún persisten en las mentes de las gentes de India. Va a ser difícil erradicar completamente estas impresiones, pero con la ayuda de todos los millones de Hindáes por el mundo, adhiriéndose a y alabando los beneficios y los gozos del Hinduismo y los regalos que mantiene para la humanidad, es posible y puede ser hecho, dentro de un rango de logros, quizás con esta misma generación.§
Los Hindúes deben dar la bienvenida a su religión a los devotos sinceros, no a aquellos que ya tienen una religión firme y están contentos, sino a aquellos que están buscando, quienes creen, como millones en el occidente ya creen, en las leyes de karma y de reencarnación y en la existencia del Dios siempre presente que impregna este planeta y el universo. Los Hindúes deben recibir con los brazos abiertos a aquellos que creen en los Dioses y en todo lo que hemos estado hablando previamente, para quienes otros senderos religiosos han probado ser vacíos y sin fruto. Existen ciertas almas maduras para quienes el Sanatana Dharma puede ser la única religión verdadera, quienes no tienen otra religón y quienes buscarán y buscarán hasta que se tropiezan con sus profundas verdades, quizás en una antigua escritura, o en el sanctum de un templo durante un puja o en los ojos de un siddha yogi iluminado. Debemos ayudar a estas almas. Debemos enseñarles acerca de nuestra religión y permitirles aceptarla completamente o rechazarla, aceptarla porque la conocen, o rechazarla porque ellos la conocen pero no están listos para conocer a Maha Ganapati y sentarse humildemente a los pies de este Señor tan profundo.§
Existen hoy en el planeta muchas almas perdidas que mueren en el mundo físico -- pierden su cuerpo físico -- deambulan en el plano astral por un tiempo corto y son atrapadas inmediatamente por otro útero. Ellas no tienen conocimiento sobre otros estados de existencia o del funcionamiento de la reencarnación. Ellos no tienen tiempo para la dicha de estos estados astrales intermedios. Ellos no tienen tiempo para evaluar su vida pasada y prepararse para la próxima, a la que podrían entonces entrar con mayor conocimiento, no tienen tiempo para entrar en armonía con los Dioses en los mundos internos entre muerte y nacimiento. En vez, ellos son atrapados en un ciclo constante de la carne, haciendo carne y viviendo en carne, con el alma sumergida en ignorancia y en la oscuridad de la conciencia de la carne. El Hinduismo erradica este ciclo ofreciendo conocimiento de los estados entre vida y muerte y luego vida de nuevo. Crea profundas impresiones dentro de la mente de estos individuos, que luego los lleva fuera de este síndrome de modo que ellos pueden disfrutar de meses, en efecto años, de educación y conocimiento en los planos de conciencia internos entre nacimientos, de modo que pueden volver a un cuerpo físico como un alma más avanzada que cuando ellos dejaron la última capa física en la muerte.§
No debemos tener resquemores de dar la bienvenida a estas sinceras almas Hindúes y de asistirlas para encontrar las respuestas que ellas buscan y que no encuentran en otros lugares. Es nuestro dharma el ayudarlos. El Hinduismo siempre ha dado la bienvenida a adoptados y conversos. Trae a nuevas personas a la religión. Enséñales. Ayúdalos. Aconséjalos. Procede con confianza. Ten coraja, coraje, corage.§