Uniéndose a Siva

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Sannyasi Gita

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Recurso 2:

Canción del Sannyasin

Más allá de nacimiento y muerte, alcanzado por tapas renunciantes está Él, ¡mi Señor de gloria resplandeciente! ¡Canta su alabanza! ¡Reza incesantemente! El Señor de los Cielos te mostrará la Tierra del Dharma.

Tirumantiram 1614

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Un sannyasin, vestido con el renunciante es tradicional Rudraksha Malas cuentas y túnicas color azafrán y llevar a la danda bambú, está caminando en el alto Himalaya. Durante miles de años en la India, las almas viejas han tomado el camino de la realización del yoga místico y Auto.

 

imageNTRODUCIR LA CANCIÓN DEL SANNYASIN ES ALGO PARA NADA FÁCIL DE HACER, PERO LO INTENTARÉ DICIENDO PARA COMENZAR QUE LA RENUNCIACIÓN DEL MUNDO NO ES PARA TODOS, PERO LO ES PARA MUCHOS. Por ejemplo, si dos tercios de las personas de este planeta fueran líderes espirituales y tuvieran nada más en su mente que difundir el dharma de pensamiento correcto, palabra correcta y acción correcta, ¿no tendríamos acaso el más maravilloso mundo? Sería en verdad una aldea global, un refugio, un mundo de maravilla. Pero durante este yuga, puede que no sea posible porque almas jóvenes habitan el planeta en abundancia, y el único método de disciplina entre ellas es con el hacha, el látigo y con palabras duras e insultantes. De esta manera ellos adquieren mucho karma para ser elaborado en otro nacimiento. Esto tiene mucho sentido, ya que si ellos no crearan nuevo karma ellos no reencarnarían y nunca se volverían almas maduras. Son las tragedias, las heridas, los temores, los argumentos que se mantienen sin resolver, lo que incita a las almas jóvenes a ir a adelante. Ellas aprenden por sus propios errores, pero muy lentamente, tomando las lecciones de sus experiencias y siempre echándole la culpa a otros de lo que les sucede a ellos. Por esto y por la mayoría de lo dicho anteriormente, es que podemos distinguir entre un alma madura de una en grado intermedio y de aquella no-verificada. Las almas intermedias luchan con sus emociones; ellas se dañan a sí mismas más que a otros. La equivocación no es un enemigo. Ella es el maestro de nuevos descubrimientos. De ellos es la interminable búsqueda. De ellos es el interminable no poder alcanzar el final de la búsqueda. A diferencia de las almas jóvenes, sus deseos están bien definidos. A diferencia de las almas jóvenes, su intelecto tiene algún desarrollo, puede no ser agudo pero es utilizable. Para ellos la religión es una solución aceptable. Ellos no son supersticiosos, en el sentido de creer en lo que no comprenden, como sucede con las almas jóvenes. Ellos deben ser satisfechos con razones adecuadas de por qué, como y qué es lo que depara el futuro. Todas las almas intermedias deben aprender a no arrastrar el pasado con ellos a través de la vida en forma de resentimiento, sin perdonar a través de no olvidar. Esta es una lección y esta solo las distingue de sus ejemplos más maduros. Pero ellas acuden a las almas maduras para ayuda y consuelo, buscando tomarles la mano, apoyarse en sus hombros y compartir con ellas algo de sus bagajes de experiencia.

Sannyasa es para las almas maduras. Estos seres inteligentes, misericordiosos, confían en sus memorias de su pasado cuando eran almas jóvenes. Ellas confían en sus habilidades superconscientes de mirar registrar y examinar toda situación, acontecer, del pasado, presente y futuro. Su prueba, y su prueba suprema es equilibrar su vida interna y su vida externa. Por lo tanto ellas renuncian al mundo, y en su renunciamiento, el mundo que ellas renunciaron, las renuncia a ellas. Su humanidad está aún allí, su esfuerzo está aún allí, y su búsqueda de aclaraciones está aún allí. Pero lo que no está allí es el sentido de su pequeño ser. El sentido del pequeño yo. El sentido de "yo y mío" es reemplazado por "nosotros" y "nuestro".

No todas las lamas maduras están listas para las sagradas órdenes de sannyasa, pero algunas lo están, y estas pocas poseen cualidades especiales. La lealtad a su linaje es una de las más importantes y la otra es amor en su voluntad. Esto significa que ellas hacen que aconteceres tengan lugar en el mundo externo. Ellas efectúan cambios, pero no reclaman recompensa ni reconocimiento. Ellas no se ponen de mal humor si la apreciación no aparece. Ellas continúan hacia delante, siempre impulsadas por su espiritualidad, esa fuerza de inspiración que está siempre en movimiento que apaga al ego externo y da crédito a los otros. Esa habilidad recompensadora de examinar el futuro, prepararse y guiar a otras hacia él, es algo que deben desarrollar.

Las almas jóvenes se unen entre ellas. Las almas intermedias se unen con proyectos y con el aprendizaje de cosas nuevas, uniéndose con la mente y con el intelecto. Las almas maduras buscando el Ser más allá, se unen con el Espíritu y con cosas espirituales. Para ellas llama una vida casi perfecta y pura. Ellas saben intuitivamente que la unidad profunda de jiva con Siva no es una tarea fácil, que se lleve a cabo en un seminario o en una clase de yoga de fin de semana. Por lo tanto ellas van más allá, ellas renuncian, ellas adoptan los ideales de los cuatro Vedas – no para repetirlos de memoria, sino para vivirlos, así como hicieron los rishis de la antigüedad. Eso conduce al sendero del renunciante, del sannyasin, en la tradición de la India.

Si bien tú puedes no renunciar al mundo formalmente, puedes beneficiar tu búsqueda enormemente sabiendo cómo aquellas grandes almas viven y responden a la vida. Tú puedes en el medio de tu vida encontrar maneras de seguir su ejemplo.

Date cuenta que los sannyasins, los sadhus y la multitud de mendicantes sin nombre de las ordenes tradicionales del Hinduismo (se estima que ellos son unos tres millones) han construido dentro de ellos la estructura espiritual, social, cultural que ha sobrevivido sitio y pestilencia dentro de los países en los que ellos sirven. Pero lo más importante, ellos han sobrevivido el sitio de su propio ser bajo, la pestilencia de su propia mente y se han elevado a las alturas. Este libro, Uniéndose a Siva, contiene dentro la sabiduría que, una vez leída y comprendida, se vuelve conocimiento para lograr la conquista de las conquistas, la victoria sobre la mente instintiva-intelectual y todo lo que esta contiene. Todo esto y más es resumido tan elocuentemente en la "Canción del Sannyasin", un poema conmovedor escrito por Srila Sri Swami Vivekananda Maharaj (1863-1902), compuesto en Julio, 1885, en Thousand Island Park, Nueva York. Vívelo, simplemente vívelo, y trata de realizar en tu vida estos grandes ideales. Procede con confianza, ya que la unión con Siva esta asegurada y cierta. Esa es la forma en que es y esa es la forma en que es. Aum.

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Swami Vivekananda (1863-1902), discípulo de Sri Ramakrishna, viajó por toda la India después de la muerte de su guru, en última instancia, llevar el hinduismo en Occidente. Se pone de pie cerca del Ganges, su monasterio Kolkata en el otro lado. Swamiji escribió el poema en Nueva York a los 22 años.

 

Canción del Sannyasin

¡Despierta la nota! La canción que tuvo su nacimiento
lejos, donde mancha mundana no puede nunca alcanzar,
en cavernas de montañas y claros en lo profundo del bosque,
cuya calma ningún suspiro por lujuria o riquezas o fama
podría jamás romper; donde llevó el torrente
de conocimiento, verdad, y dicha que sigue a ambos.
¡Canta alto la nota, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

¡Cercena vuestros grillos! Ataduras que os subyugan,
de brillante oro, o más oscuras, de bajo cobre –
amor, odio; bueno, malo; y toda la multitud dual.
Sabe que esclavo es esclavo, acariciado o fustigado, sin libertad;
Ya que grillos, aunque de oro, no son menos fuertes para encadenar.
¡Entonces quítatelos, sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

Deja que las tinieblas se vayan; la quimera que guía
con luz parpadeante a apilar mas penumbra sobre penumbra.
Esta sed de vida calma para siempre; ella arrastra al alma
De nacimiento a muerte y de muerte a nacimiento.
Conquista todo aquel que se conquista.
¡Conoce esto y nunca cedas, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

"El que siembra debe cosechar", dicen, "y causa debe traer
el seguro efecto: bien, bien; mal, mal; y nadie
escapa a la ley. Pero quien viste una forma
debe vestir la cadena." Tan cierto, pero más allá
tanto de nombre como de forma está atman, por siempre libre.
¡Sabe que tú eres Eso, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

No conocen verdad quienes sueñan tales vacíos sueños
Como padre, madre, hijos, esposa y amigo.
El Ser sin sexo – ¿padre de quién es El? ¿hijo de quién?
¿amigo de quién, enemigo de quién es El que no es sino Uno?
El Ser es todo en todo – nadie más existe;
¡Y tú eres Eso, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

No existe sino Uno: el Libre, el Conocedor, Se,
Sin nombre, sin una forma o mancha.
En Él está maya soñando todo este sueño.
El Testigo, El aparece como naturaleza, alma.
¡Sabe que tú eres Eso, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

¿A dónde va tu búsqueda? Esa libertad, mi amigo, este mundo
no pueda dar. En libros y templos,
tú buscas en vano. Tuya sola es la mano que sostiene
la soga que continúa arrastrándote. Entonces cesa el lamento.
¡Deja de asirte, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

Di, "Paz a todos. No corren riesgo por mi
nada que viva. In aquellos que moran en lo elevado,
en aquellos que se arrastran bajo - ¡yo soy el Ser en todos!
A toda vida, aquí y allá yo renuncio,
a todos los cielos, tierras e infiernos, todas las esperanzas y los temores."
¡Entonces corta tus ataduras, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

No prestes más atención a cómo el cuerpo vive o va.
Su misión esta cumplida: deja que el karma lo hunda.
Deja que uno le ponga guirnaldas, que otro patee
este cuerpo: no digas nada. No pude haber elogio ni culpa
cuando el que elogia y el elogiado, el que culpa y el culpado , son uno.
Entonces está calmado, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

La verdad nunca viene donde lujuria, fama y ambición
de ganancias residen. Ningún hombre que piense en una mujer
por esposa puede ser perfecto;
ni aquel que posee alguna cosa, ni aquel
a quien la ira encadena, puede pasar por las puertas de maya.
De modo que renuncia a ellos, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

No tengas hogar. ¿Qué hogar puede albergarte a ti mi amigo?
El cielo es tu techo, el pasto tu lecho, y comida
lo que el azar traiga – bien cocida o mala, no juzgues.
Ni comida ni bebida puede manchar el noble Ser
Que se conoce a sí mismo. Como río torrencial libre
siempre serás, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

Sólo pocos conocen la verdad. El resto te odiará
y se burlará de ti, magno; pero no prestes atención.
Vé tú, el libre, de lugar en lugar, y ayúdalos
a salir de las tinieblas, el velo de maya. Sin
Temor al dolor, y sin buscar placer, vé
Mas allá de ambos, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"

Entonces día tras día, hasta que el poder de karma es agotado,
Libera el alma para siempre. No hay más nacimiento,
No yo, no tú, no Dios, no hombre. EL "Yo"
se ha vuelto Todo, el Todo es "Yo" y dicha.
Sabe que tú eres Eso, Sannyasin audaz! Di,
"Om Tat Sat, Om!"


La "Canción del Sannyasin" escrita por Swami Vivekananda es citada con permiso escrito, de "Charlas Inspiradas, Mi Maestro y Otras Escrituras"; derechos de autor 1958 de Swami Nikhilananda, depositario de la heredad de Swami Vivekananda; publicado por el Centro Ramakrishna-Vivekananda de Nueva York. Extraordinariamente, el original escrito a mano fue descubierto (mucho tiempo después del fallecimiento en 1902) escondido en una pared durante la restauración de 1943 de un refugio donde Swamiji había pasado el verano y dado darshan y discursos a los buscadores de Occidente.